Fútbol
Illarramendi se convierte en un problema para Carlo Ancelotti
El Real Madrid encara la próxima final de la Champions League con un puñado de dudas y problemas. El primero de ellos parece resuelto. Casillas jugará dos de los tres partidos que restan de Liga al equipo merengue y llegará a la cita de Lisboa en plenas condiciones para jugar ante el Atlético de Madrid.
La otra duda que se le planteaba a Carlo Ancelotti, la de quien sustituiría a Xabi Alonso, también parecía que estaba resuelta. Así al menos lo aclaró el italiano en sala de prensa.
Asier Illarramendi sería el encargado de suplir al tolosarra porque era el hombre que más veces había jugado en su puesto y porque, además, era un hombre que se amoldaba a las necesidades del equipo.
Sin embargo, tras el duelo frente al Valencia, lo que parecía ser una cuestión solucionada se convirtió en un nuevo problema abierto para el preparador italiano.
Illarramendi fue titular, pero cuajó un partido plano y soso que acabó con el ex de la Real Sociedad en el banquillo tras el descanso. Ancelotti lo sustituyó por Di María y el partido, desde entonces, dio un vuelco. La entrada del argentino dinamizó el ritmo merengue y dio a entender que el preparador transalpino no las tiene todas consigo para la que será la gran cita de Lisboa.
Porque Illarra, lejos de lo que venía siendo norma cuando jugaba con Xabi , no ejerció de interior, sino que se colocó por delante de los centrales, tal y como tendrá que jugar frente al Atlético de Madrid si es que finalmente acaba siendo titular en la final de la Champions. Alonso asumió el rol de interior, tal y como lo suele hacer en la Selección Española, cuando es Busquets el que juega, sí o sí, como pivote defensivo.
Pues bien, ante su nueva responsabilidad, Illarramendi volvió a verse desbordado. Ni movilidad rápida del esférico o despliegue físico. Tampoco llegada u orden táctico. Ninguna de las que se presupone que son sus principales virtudes emergieron.
Tanto, que mediada la primera mitad, Ancelotti le ordenó que volviera al puesto de interior y que Xabi Alonso se colocara por delante de la zaga. El cambio tampoco le ayudó, más si cabe con los rivales que se encontró por delante. Parejo y Keita se lo comieron y dejaron claro que en los grandes partidos, Illarramendi desaparece. Ya le sucedió cuando, frente al Borussia Dortmund, en el Signal Iduna Park, firmó una de las peores actuaciones de un jugador blanco en lo que llevamos de año. Sus fallos estuvieron a punto de costarle la eliminación al Real Madrid.
El reto de Casemiro
Para colmo de sus males, Casemiro ayer tuvo la ocasión de volver a jugar (como sucedió en Dortmund) y ante semejante reto, superó con buena nota las tareas que le pidió Ancelotti. El brasileño ejerció de pivote defensivo, cortó por alto algunos balones del Valencia y, sobre todo, metió músculo y tensión al Real Madrid hasta el punto de que la balanza con Keita y Parejo se igualó.
Cierto es que no fue el hombre más destacado de esa segunda parte (Di María y Cristiano se llevaron ese 'premio'), pero su presencia se dejó notar más que la de Illarramendi.
Así pues, este miércoles, ante el Valladolid, y con la Liga en juego, lo normal es que Ancelotti no se la juegue y pase de experimentos. Esto es, si Modric vuelve a estar disponible, el equipo blanco volvería a jugar con el croata, Di María y Xabi Alonso en la media. Así pues, a Ancelotti sólo le quedarían dos duelos más para saber si su elegido debe ser el 24 blanco o Casemiro. O quizá un Khedira que ya entró el sábado en la convocatoria y que podría dar la sorpresa tras una prolongada lesión.