Özil y Neymar, 'candidatos' a fracasados del año
Mesut Özil y Neymar Junior tienen mucho en común. Desde el hecho indudable de ser estrellas mundiales del fútbol hasta sus elevadísimos emolumentos pasando por ser jugadores referencias en sus equipos. Sin embargo, en lo que llevamos de temporada, ambos han compartido algo más: el dudoso honor de ser candidatos a fracaso del año en el mundo del fútbol europeo.
Los dos, alemán y brasileño, apenas han respondido a las expectativas que depositaron sus clubes y, lo peor de todo, han lastrado con su rendimiento irregular los resultados de sus escuadras.
En el caso de Özil, lo cierto es que sus inicios fueron esperanzadores. Capaz de abrir las defensas rivales con sus pases, el ex madridista se ganó el respeto de las gradas gunners con un rosario de exhibiciones que colocaron al Arsenal líder de la Premier League y, de nuevo, como futurible candidato al título.
Pero poco duró la alegría en el Emirates Stadium. Poco a poco, el efecto de su llegada empezó a diluirse hasta transformarse en fuegos de artificio. Una decadencia que alcanzó su cénit en la derrota del Arsenal contra el Bayern de Múnich en la ida de octavos de final de la Champions. El mediapunta falló un penalti a favor con 0-0 en el marcador y lastró a su equipo a una suerte de depresión que acabó con el triunfo germano por 0-2.
Tiempo después, Özil desapareció del once, saltó al banquillo y ayer, en su vuelta al Allianz Arena, se difuminó otra vez para ser un mero espectador del recital de posesión del Bayern. Guardiola había advertido antes del partido del peligro que conllevaba tener al 'besugo' delante, pero nada se supo de supuesto riesgo de jugar contra él.
Tras el encuentro, Wenger volvió a proteger a su pupilo afirmando que jugó con problemas físicos y que estará entre dos o tres semanas de baja para poder volver al ritmo anterior. Pese a ello, pese a estas excusas, la prensa inglesa ha vuelto a cargar con mucha dureza contra Özil, al que le vuelven a dedicar duros titulares que le señalan, directamente, como el culpable de la derrota del martes.
Neymar y su naufragio
El caso de Neymar es distinto al de Özil toda vez que al brasileño también le están afectando asuntos que poco o nada tienen que ver con el fútbol. Nos estamos refiriendo a los líos referentes a su contrato y la posible evasión fiscal que habría cometido el Barça al incorporarlo al club el pasado verano.
La predisposición culé a aclararlo todo obligó a la directiva a poner en limpio los datos del fichaje y, con ello, se reveló que Neymar y su padre cobraron hasta 50 millones de euros por su llegada al Camp Nou. Semejante dispendio coloca a Nei como el jugador mejor pagado del plantel y, por ende, como el futbolista más caro de la historia del club, con casi 100 millones de euros de inversión.
Esta presión añadida, unido a las tensiones que ha generado en la plantilla el dispendio realizado por el delantero (Messi ha pedido su renovación, en parte, impulsado por este hecho), no le ha beneficiado en absoluto.
Tampoco le han ayudado las lesiones (así lo confirmó Martino ayer en sala de prensa) o la necesidad de adaptarse a un estilo de posesión (el del Barça) que no es el de su Santos o Brasil. En ambos equipos sus compañeros jugaban o juegan con el objetivo de explotar su velocidad. En el Barça, sin embargo, sus arrancadas son estáticas y, con ello, pierde el efecto sorpresa que sí tenía en su país.
El resultado son unos números decepcionantes y una imagen muy poco cercana a la del crack que se prometía cuando llegó a la Ciudad Condal. En 39 partidos ha anotado 18 goles y ha logrado 17 asistencias, una media por debajo de la que ha logrado, por ejemplo, Bale con el Real Madrid. El galés en sólo 27 partidos (12 menos que Neymar) 14 goles (cuatro menos que Nei) y 12 asistencias (5 menos que el brasileño).