Fútbol

Mata, su adiós del Chelsea y su verdadera relación con José Mourinho

    David Moyes posa con Mata y su nueva camiseta | Reuters


    Juan Mata ya es jugador del Manchester United. Un fichaje importante (con 45 millones es uno de los traspasos más caros de la historia en los 'red devils') que ha dejado al futbolista asturiano un doble sabor de boca. Por un lado dulce. Por otro amargo. Y en el trasfondo, un nombre: José Mourinho.

    Si Mata está ahora en Old Trafford es, en parte, responsabilidad directa del portugués. El año pasado Mata finalizó la temporada como la máxima estrella de los 'blue'. Había sido pieza clave en la consecución de la Champions un año antes y con Benítez en el banquillo, sus pases y goles permitieron a la entidad de Stamfor Bridge ganar la Europa League y cerrar con dignidad una temporada que prometía ser desastrosa.

    Pero eso a Mourinho no le bastó. Ni eso, ni ser el jugador favorito de la afición el curso pasado o que todos sus compañeros hablen de él maravillas. No. 'The Special One' siempre quiere algo más y en este caso, según su propia versión, le exigía dos cosas: trabajar como a él le gusta en los entrenamientos y hacer más tarea defensiva sobre el terreno de juego. Es decir, que le lanzó dardos irrebatibles. Nadie podría comprobar si Mata se ejercitaba correctamente (los entrenos son a puerta cerrada) y sobre el césped, lo suyo es atacar, por mucho que con Di Matteo el español ya diera buenas muestras de su nivel defensivo.

    Es una estrategia similar a la que usó para manchar el historial de otros jugadores, por ejemplo, en el Real Madrid. Pedro León vivió un caso similar en 2010. Ahora le ha tocado el turno a Mata. Sin embargo, él, a diferencia del murciano, es un jugador de un peso suficientemente importante como para acabar convirtiéndose en una patata caliente.

    Aunque Juan ha reiterado por activa y por pasiva su amor por los colores del Chelsea, la perspectiva cercana del Mundial le hacían buscar nuevos horizontes donde encontrar minutos. Y el Manchester se los ofrece con la seguridad de que el prestigio del United le hará ganar peso en 'La Roja' y crecer futbolísticamente.

    El Chelsea, por su parte, se saca una buena tajada económica (lo vendió por 45 millones cuando lo fichó por apenas 20) y, de paso, le quita un problema a Mourinho. Todos ganan después de unos meses de difícil situación personal, especialmente para el propio futbolista.

    Aunque Mata no ha querido cargar en su salida contra el luso, lo cierto es que sí que ha reconocido que lo pasó muy mal en los último medio año. Tanto, que su comunicación con Mourinho se redujo a los corteses saludos de cada mañana. "Sí que se hablaban. Se daban los buenos días", ironizó este fin de semana su abuelo, Manuel García.

    El climax de esta tensión llegó cuando, al ser sustituido en un partido de la Premier League, Mata explotó en el banquillo. Desde entonces ambas partes supieron que no había camino de marcha atrás. El internacional estaba con pie y medio lejos fuera de Londres. Ahora comienza una nueva etapa en la que espera no repetir pesadillas, pasar páginas y, sobre todo, ganarse un hueco en la convocatoria de Del Bosque para el Mundial de Brasil.