Messi y su entorno temen que el Barça esté sondeando su venta
El caso Leo Messi empieza a enredarse más de la cuenta. Las declaraciones de Javier Faus, vicepresidente deportivo, han disparado las alarmas en el entorno del jugador. "No entiendo porqué tenemos que renovar a un señor cada seis meses", dijo el vicepresidente deportivo en un gesto que se ha entendido como un desprecio no tanto por el fondo, como por las formas, algo que Gerardo, Tata, Martino ya dejó entrever el pasado martes en sala de prensa.
Las palabras de Faus vienen a ser un portazo en la cara del argentino y sus intenciones de tener un nuevo contrato después de la subida de sueldo de Cristiano Ronaldo, el fichaje de Neymar y, sobre todo, de los problemas que ha tenido el argentino con Hacienda, problemas que le han hecho desembolsar 25 millones de euros, esto es, casi el sueldo de dos temporadas completas.
Por eso Messi quería que se le revisara el contrato que hace apenas un año firmó. Y el acuerdo en verdad parecía cerrado. De hecho, la directiva del club apalabró con el jugador una suerte de acuerdo para que así fuera. Sólo se debía esperar a que Iniesta renovara para formalizar el pacto. No se quería que un caso, el de Leo, pudiera encarecer otra negociación, la de Andrés.
Sin embargo, y tras las palabras de Faus, todo ha pasado a un nuevo plano. En el entorno del jugador ya no se fían del pacto entre el futbolista y los mandatarios. Creen que hay algo más.
Creen que el club está sondeando las posibilidades de que pudiera ser vendido a final de temporada. ¿Significa esto que en el club lo vayan a vender? Ni mucho menos, pero Messi y sus allegados estiman que el club quiere saber qué impacto económico y social tendría la salida del jugador en caso de que hubiera una alternativa real de ponerlo en el mercado.
De hecho, en los últimos meses se han sucedido guiños que han apuntado hacia esa dirección. Así, por ejemplo, en septiembre Sandro Rosell anunció que el club había hecho algunas encuestas sobre la simpatía que tenía Leo entre sus aficionados. "Hay un 2% que no le cae bien Messi", corroboró en una entrevista televisiva.
Además, el club ha ido filtrando a varios medios afines determinadas ofertas procedentes de otros equipos durante el pasado verano. La del PSG y la del Bayern de Múnich han sido las conocidas. Ambos clubes parecían dispuestos a poner los 250 millones de la cláusula.
Gestos a los que se unen otras filtraciones, como las que han nacido desde la directiva apuntando a las malas relaciones de Messi con el vestuario o a su malestar ante la creciente importancia de Neymar en en el seno del equipo.
Y como guinda, Faus y su declaración de intenciones de que Messi no renovará con el añadido de que sus formas se han interpretado como una falta de respeto, toda vez que se refirió al crack culé como una suerte de jugador cualquiera, no como el mejor futbolista de su historia.
Si a ello se le une el hecho de que el equipo está encontrando en Neymar una buena alternativa al argentino y que con los 250 millones de su venta se podría refinanciar el nuevo estadio, el lío está montado.
La distancia (Messi sigue recuperándose en Argentina) tampoco ayuda. A su regreso se espera que las partes vuelvan a reunirse y que el caso se encauce. Es decir, que Messi finalmente renueve allá por la primavera del próximo año.
Sin embargo, entre la familia del argentino y sus colaboradores se entiende que cualquier opción es posible, incluida la que de que intenten colocar en el mercado al mejor jugador del planeta en los últimos cuatro años y quizá el mejor de la Historia ya no sólo del Barça, sino del planeta fútbol.