Fútbol

Neymar tiene envidia de Gareth Bale

    Bale y Neymar, ante Málaga y Osasuna respectivamente | EFE / Reuters


    Neymar tiene envidia de Bale. Él ha jugado mucho más que el galés, cierto. Él ha demostrado bastante más virtudes que el madridista, cierto. Sobre él no pesa ninguna duda de cuál será su rendimiento físico, cierto. Sin embargo, a él le cosen a patadas y la mayoría de ellas se quedan en el limbo. A Bale, sin embargo, le sucede lo contrario. Le pitan incluso penaltis cuando sólo hay una caída involuntaria en el área rival.

    Sucedió el sábado pasado cuando el Real Madrid cerró su victoria sobre el Málaga por 2-0 con un gol desde los once metros de Cristiano Ronaldo.

    La pena máxima fue señalada después de que Bale se internase en el área, se escurriese, cayese y el colegiado interpretase que, en realidad, era un empujón de Wellintong sobre el atacante blanco.

    Bale, en realidad, no se tiró o dejó caer porque al rebotar sobre el césped blanco, se desesperó buscando la pelota para seguir jugando, pero el colegiado ya había señalado el punto fatídico.

    Semejante acción no ha caído demasiado bien en la Ciudad Condal, donde más de uno afirma que Bale es igual de piscinero que lo pueda ser Neymar según la versión de la capital. Otros, sin embargo, entienden que Bale se cayó, pero que la verdadera diferencia es que a uno parecen beneficiarle los árbitros y a otro, a Neymar, no.

    Mientras, en el club, crece de manera exponencial la preocupación por el acoso constante al que se es sometido Neymar día sí, día también, con patadas constantes que lo dejan al borde de la lesión (en Pamplona sufrió molestias después de una dura entrada) sin que la mayoría de estas entradas acaben en falta o tarjeta. Al brasileño, dicen en las oficinas del Camp Nou, hay que meterle un tiro para que un árbitro entienda que no se ha tirado.

    Y es que se cree que desde el estamento arbitral ha calado el mensaje de que Neymar exagera y, por lo tanto, son reticentes a pitar ciertas acciones ante el temor de que la repetición televisiva los deje en evidencia.

    La cercanía del Clásico y la sospecha de que algunos jugadores traten de frenar a Neymar como lo hacían con Messi, esto es, con dureza que roza lo 'ilegal', ha provocado que el coro de voces pidiendo protección a Neymar se redoblara tras jugar contra Osasuna, en la previa del Milan - Barça y, seguramente, lo haga después del choque contra los transalpinos.

    El objetivo es que haya igualdad de trato y que se castigue como merecen las patadas que recibe su crack, el jugador que más falta recibe del campeonato, pero al que, en ocasiones, le cuesta un mundo que las infracciones cometidas sobre él acaben en castigo para el rival, todo lo contrario que aun Bale al que ya le han pitado un penalti por escurrirse en pleno sprint.