Fútbol
Pepe y Arbeloa, los 'acusados' por Casillas y Ramos tras sus últimos gestos
No bajas calmadas las aguas por el Santiago Bernabéu. Los últimos resultados y la mala imagen dada por el equipo blanco tiene la culpa. Una situación incómoda que ayer provocó una reunión de autogestión en el vestuario merengue. Iker Casillas y Sergio Ramos tomaron la iniciativa para intentear enderezar el rumbo, señalar los defectos colectivos del equipo y, de paso, reprender a dos pesos pesados su actitud en los últimos partidos: Álvaro Arbeloa y Pepe fueron el blanco de las críticas de sus compañeros.
La charla a Pepe
El que más tuvo que aguantar fue Pepe, fundamentalmente porque su pecado fue cazado en público. Estamos hablando de la bronca que el pasado sábado protagonizaron él y Benzema a propósito de la indolencia del francés.
En un córner contra el Real Madrid, el zaguero le reprochó que no corría. Éste le contestó de manera dura: "¿Tú que me tienes que decir a mí? ¿Tú que me vas a enseñar a mí?", a lo que Pepe no dudó. "¿Yo? ¿Enseñarte?" Esto, sudor. Sudor", le gritaba al tiempo que se limpiaba la frente de manera ostensible y casi retadora.
En medio de esta charla, Arbeloa y Ramos trataban de calmar los ánimos pero fue imposible.
La escena fue captada por las cámaras de cuatro y de Canal + y reproducida mil y una veces en sus informativos. La interpretación rápida de aquel capítulo fue evidente: el vestuario es un polvorín.
Semejante derivada no ha gustado a Ramos y Casillas y por eso el primero (capitán de facto de este Real Madrid) cargó con dureza contra Pepe al que le acusó de tener una "actitud indigna" para un jugador del Real Madrid. Pepe, avergonzado por su comportamiento, aceptó las palabras de Ramos y pidió perdón a Benzema.
No es la primera vez que lo hace. Todos en el vestuario saben que Pepe puede ser un jugador propenso a meter la pata, pero que al igual que se equivoca, no tiene pudor alguno en reconocer sus culpas y pedir perdón si la situación así lo requiere.
Benzema aceptó las disculpas sin levantar la cabeza del suelo. Se entiende que el gesto del defensa central del Real Madrid no le es suficiente para cerrar aquella herida, pero sabe que el grupo necesita pasar página y así lo hizo.
El caso de Arbeloa
La bronca a Arbeloa camina por un derrotero distinto y no tiene tanto que ver con su actitud hacia el grupo, sino con su actitud hacia el exterior. Ramos y Casillas le reprocharon su facilidad para meterse en líos donde nadie le llama.
Su tuit de respuesta a Piqué fue el más evidente. Entienden los capitanes del Real Madrid que con gestos de ese calibre, no sólo no se ayuda al grupo, sino que se provocan incendios innecesarios, más si cabe teniendo en cuenta que en esta ocasión era evidente que había habido un fallo arbitral a favor del Real Madrid.
Lo mejor, consideran, habría sido guardar silencio y no ponerse a la altura de un rival, Piqué, especialmente desafortunado en los últimos tiempos.
Además, ven en este tipo de guiños ciertas posturas 'tribuneras', que buscan más el aplauso fácil de los incondicionales que actitudes responsables ante el grupo. Son gestos como sus constantes perdones al público ante balones perdidos, fallos tontos y pequeños despistes. Los capitanes entienden que el defensa debería centrarse más en jugar y menos en crearse una imagen pública ante la afición.