Fútbol
El Real Madrid logra una victoria con claro aroma a campeón
El título es blanco. Lo será dentro de una semana o en diez días. Pero el caso es que el campeón ya está definido. Será el mejor, le pese a quien le pese. El Real Madrid acaricia el justo premio.
Da la impresión de que los blancos están ilusionando a su parroquia a última hora. Parecía la afición madridista anestesiada por la alta capacidad de su equipo de jugar bien o mal, según le diera. Pues bien, justo al final están apretando y dando una sensación de solidez rara vez vista a lo largo del año.
Del partido en sí hay que destacar su variedad en cuanto a momentos llamativos. Así sucede cuando Casillas lo borda, con penalti parado incluido, y cuando los tres goleadores son jugadores que han sufrido de lo lindo durante todo el curso.
Schuster apostó por una vez por Saviola, y el argentino no perdonó. Marcó un gol y pudo hacer un par más. Nadie duda sus cualidades, sólo era cuestión de darle una oportunidad.
El Athletic estuvo valiente. Caparrós le ha impregnado su estilo, a pesar de las penurias de hace no mucho, y se vio a un equipo con ganas de jugar un buen partido.
Una acción tan absurda como poco clara finalizó en el penalti de Heinze sobre Llorente. Dicen que cuando el penalti no es justo se falla, y ahí estuvo Casillas para frenar a un Garmendia que desde que colocó el balón en el punto fatídico mostró una cara de abrumadora inseguridad. El destino estaba cantado.
El Bernabéu se crece
La segunda mitad fue de lo más festivo que se recuerda por estos lares en mucho tiempo. No habría alirón, pero la afición lo iba disfrutar. No vaya a ser que el título llegue en Pamplona.
El que se gustó fue Sneijder. El holandés ha terminado a lo grande un intermitente curso, y probó desde lejos en varias ocasiones. Si sigue así, el año que viene Calderón ya tiene el primer 'fichaje' estelar.
Al final el fútbol fue justo con los que peor lo han pasado. Dos hombres que han vivido muchas penurias este año se llevaron su recompensa. Robben marcó el segundo, y el argentino Higuaín puso la puntilla a un campeonato que sólo puede ser blanco.