El plan del Real Madrid para forzar el adiós de Kaká tras varios intentos fallidos
El Real Madrid lleva varias temporadas tratando de buscar la salida de uno de sus jugadores más caros. Ricardo Isecson dos Nascimento, Kaká, aterrizó en Madrid en junio de 2009 y, salvo un puñado de actuaciones asiladas, apenas ha demostrado ser el jugador que costó 65 millones de euros y que cobra 10 cada temporada.
Ése factor, su sueldo, es uno de los mayores lastres para la casa blanca. Año tras año, semejante salario supone un lastre para acometer otras operaciones, como renovaciones (léase el caso de Cristiano Ronaldo) o futuros fichajes (léase el caso de Gareth Bale).
Pues bien, ante todo ese panorama, y tras múltiples intentos infructuosos, el Real Madrid tiene un plan para, de una vez por todas, forzar el adiós de Kaká. Para forzarlo, obvio, sin perder dinero.
Porque uno de los principales objetivos que ha tenido siempre el conjunto merengue es no perder dinero. Según sus cálculos, el futbolista tiene unos costes de amortización que, por ejempo, el curso pasado, obligaba a venderlo por una cantidad cercana a los 20 millones de euros. Por debajo de esa cifra, los merengues estarían perdiendo dinero.
Kaká, aunque disminuido física y deportivamente, sigue siendo un jugador rentable en concepto de marketing para el Real Madrid. De ahí los cálculos. De ahí que no se quisiera 'regalar', por mucho que algunas voces críticas en el seno del conjunto merengue reclamaran una salida a coste cero.
El paso de una temporada hace que la cifra para que vender a Kaká sea rentable haya bajado. Un factor positivo para abrirle la puerta, pero no el único. Hay más.
Los merengues se mueven en varios escenarios para tratar de forzar la despedida del brasileño. La mayoría de ellos vinculados a aspectos deportivos y al paso del tiempo. Hay que destacar que Kaká quiere jugar sí o sí el Mundial del próximo año en su país. Lo tiene complicado visto lo visto en la Copa Confederaciones. Sin embargo, el jugador quiere intentarlo.
Sin embargo, en el Real Madrid sabe que lo tiene más que complicado. Primero, porque lleva sin ser si quiera un suplente habitual varias temporadas. Segundo, porque el Real Madrid tiene un overbooking considerable en su posición. Özil e Isco parten con ventaja para su posición. Para colmo, su edad (31 años) le obliga a gozar de muchos minutos si quiere coger ritmo competitivo.
Su esperanza, con todo, tiene nombre italiano: Carlo Ancelotti. Kaká ha dicho en varias ocasiones que quiere hablar con el técnico para saber cuáles son sus intenciones. Y Ancelotti (apoyado por Zidane) lo tiene claro. El brasileño apenas jugará. A partir del próximo día 15 (fecha del regreso al trabajo) el preparador merengue le comunicará su decisión a Kaká. Será el momento para empezar a plantearse el futuro lejos del Bernabéu.
Es ahí donde entran en juego las ofertas por el futbolista. Aunque él ha repetido que su permanencia en Madrid no ha sido cosa de dinero, lo cierto es que su elevado sueldo siempre ha sido un impedimento. "Podría haber ganado mucho dinero lejos de Madrid. Si no me he ido es porque quiero triunfar en Europa", dijo recientemente.
Cierto y falso. Kaká podría haber jugado en Rusia o China por cantidades cercanas a los 10 millones de euros limpios que cobra en la actualidad, pero en Europa ningún equipo le ponía más de tres o cuatro, algo que no satisfacía sus ambiciones.
En Brasil, sin embargo, nace la esperanza blanca. Equipos locales (Corinthians y Sao Paulo -su equipo de formación-) estarían dispuestos a ofrecerle grandes contratos al más puro estilo Neymar: una baja cantidad en sueldo y el resto, en forma de contratos publicitarios.
El problema es que estos equipos quieren llevarse al futbolista casi gratis. El año pasado lo intentaron, pero el Real Madrid pidió casi 20 millones por su adiós. Este año la cifra podría bajar a los 10, pero en Brasil esa cifra sigue pareciendo desorbitada.
Sea como fuere, según cuenta hoy Marca, en el Bernabéu tienen reservado su dorsal, el 8, para Illarramendi. Otra forma de presionar al jugador para darle a entender que no tiene espacio en el nuevo equipo. Su salida, en caso de producirse, despejaría el camino para nuevas llegadas. Kaká, esta vez sí, podría tener los días contados en el Santiago Bernabéu.