Fútbol
Los cinco problemas del Barça ante el PSG y el riesgo de caer en Champions
Lo dijo Iniesta. "El empate nos deja un mal sabor de boca". Las sensaciones del Barça tras el dos a dos cosechado en el Parque de los Príncipes genera sensaciones amargas en un equipo que miró al colegiado (Stark tuvo errores graves) pero también a su propio fútbol. Por momentos, los culés volvieron a recordar al equipo indolente que perdió frente al Milan en la ida de los octavos de final.
Algunos de los errores de aquella noche se repitieron en París. Otros nuevos surgieron y lo hicieron para demostrar que el Barça tiene, en algunos partidos, fallos puntuales o globales que le hacen ser más vulnerable que en temporadas anteriores.
Un peligroso alambre sobre el que caminar en una competición, la Champions, donde cualquier imprevisto te manda a la calle. Y el Barça, pese a lo bueno de empatar con dos goles fuera de casa, deja sensaciones que encienden las alertas. El duelo de ida no será tan sencillo como parece.
Estos son los cinco problemas de los que adoleció el Barça y que hacen peligrar su clasificación para semifinales.
1.- Falta de ritmo e intensidad
El Barça fue, frente al PSG, una suerte de montaña rusa en cuanto a su ritmo e intensidad, una de las cuestiones que más preocuparon al staff técnico culé antes del encuentro. Eso, la falta de intensidad, fue uno de los errores en los que se cayó en San Siro. Repetir tendencia sería un grave pecado. Pues bien, el error se subsanó sólo a medias.
Por que el Barça tuvo tramos de ritmo atronador, como en aquellas ocasiones en las que, con Guardiola en el equipo, los blaugrana se lanzaban en oleadas contra la portería rival tras posesiones eternas, pero efectivas, con intención de hacer daño sobre la portería rival.
En un tramo de esta efervescencia se marcó el 1-0 (genial pase de Alves) y se acosó la portería gala en el arranque de la segunda parte. Sin embargo, hubo otros momentos en los que los de Tito Vilanova movían la pelota sin intención de hacer daño, con un sentido excesivamente horizontal y escasa voluntad vertical.
Eso propició cortes de balón en la medular con los que el rival salió a toda velocidad rumbo a la portería contraria. La diferencia con respecto al duelo de San Siro es que, si en aquel partido la dinamita del Milan era relativamente escasa, la del PSG no. Lavezzi e Ibrahimovic (con la inestimable ayuda de Lucas Moura) fueron puñales que pusieron en peligro tanto a la zaga culé (tuvieron que provocar algunas faltas de riesgo cerca del área) y a un Valdés sublime, salvador del equipo en la primera y segunda parte.
2.- Messi y el contagio de la apatía
Esta apatía generalizada tuvo en Messi su mayor víctima. Porque el argentino apenas consiguió activarse durante los 45 minutos que estuvo en el campo. Fueron los últimos diez (en los que el resto del equipo también se enchufó) cuando se pudo ver al mejor Leo, con un puñado de buenas diagonales, y regates rápidos con los que se marchó de sus rivales y puso, de paso, en jaque a la zaga parisina.
Antes merodeó por el centro del campo y la delantera marcado por Matuidi. El mediocentro se aferró a su espalda y 'La Pulga' lejos de tratar de generar espacios aprovechando el marcaje, se vio sumido en su telaraña. Además, apenas trotaba, ni para presionar la salida del balón ni para combinarse por velocidad con sus compañeros. La lesión fue el punto final a una mala noche.
3.- La titularidad de Alexis
La vuelta de Tito Vilanova se dejó notar, sobre todo, en la presencia de Alexis Sánchez en el once del Barça. El técnico blaugrana cree en el chileno por encima de todas las cosas y, ante la lesión de Pedro, lo usó en lugar del aclamado Tello.
Alexis, lejos de aprovechar la ocasión, la desaprovechó con un juego demasiado anárquico que, por momentos, tapaba las subidas de Jordi Alba y, por momentos, obstaculizaba la circulación de balón con acciones individuales que no llevaban a ninguna parte.
Cierto es que su bloqueo a Thiago Silva impidió que el central llegara a tiempo para frenar a Messi en el primer gol culé y que en el segundo, suyo fue el regate que generó el penalti que anotó Xavi. Sin embargo, más allá de estos dos momentos puntuales, su intervención en el fútbol blaugrana apenas tuvo efectos positivos.
4.- Villa y su posición de extremo
Sí, es cierto que Villa en el Barça juega de extremo, pero lo hace habitualmente en el puesto de extremo izquierdo y no derecho. Desde el costado zurdo explota mejor sus cualidades, es decir, regate hacia adentro y disparo rápido.
Sin embargo, frente al PSG, la presencia de Alexis en ese lado lo desplazó a la derecha donde desapareció. Y es que Villa es un delantero, y no un hombre de banda. Por eso le costó marcharse de Maxwell y apenas disparó a puerta.
Se podría decir que la alineación de Alexis en el puesto de Villa fue restarle dos hombres al ataque del Barça. El propio Alexis (desaparecido) y Villa (desacostumbrado a la banda derecha)
5.- La bendición perjudicial de Alves
Dani Alves es una bendición en ataque y un problema en defensa. Lo lleva siendo toda la temporada, donde sigue asistiendo como lo hacía antaño, aunque al equipo le cueste más de un despiste defensivo a su espalda.
Ayer, en el Parque de los Príncipes, tenía una autopista por la banda derecha. Pastore, supuesto interior izquierdo de los franceses, se marchaba demasiado al centro, lo que le permitió subir con facilidad. Suyo fue el gran pase del gol de Messi.
Sin embargo, también suyos fueron un puñado de errores que provocaron ataques peligrosos del PSG. Las contras de Lavezzi lo dejaron fuera de sitio e Ibra lo desesperó en el gol del empate a dos. El sueco llegó antes a la bola que el brasileño, que apenas pudo defender al delantero.