Fútbol

Roura, el disfraz de Mourinho y quién autorizó en el Barça los ataques a Undiano

    Jordi Roura protesta en el duelo de San Siro del pasado martes | EFE


    El Clásico de esta noche (21:00, EcoDiario.es) entre Barça y Real Madrid tendrá un invitado inesperado. Inesperado por su protagonismo. Undiano Mallenco, colegiado del encuentro, se convirtió, sin querer, en el centro de todas las miradas cuando este lunes, Jordi Roura, técnico culé, decidió presionarlo afirmando que los números de su equipo "bajan cuando nos pita este árbitro". Sus palabras (no del todo ciertas) fueron respondidas por un rápido Mourinho que no dejó pasar la oportunidad. Revuelo y estupefacción. Semejantes palabras, las de Roura, no son parte del estilo habitual del Barça ¿Qué ha cambiado? ¿Quién dio luz verde a esta declaración de intenciones? Desde la Ciudad Condal no se duda: Tito Vilanova está detrás de este nuevo movimiento. Pero no es el único.

    Y es que, según ha podido saber EcoDiario.es de fuentes cercanas al Barça, jugadores y directivos también aplauden el paso dado por Roura en sala de prensa.

    De hecho, parte de este apoyo se hizo ayer público cuando, por la noche, Toni Freixa y Josep María Bertomeu, portavoz y vicepresidente deportivo del Barça respectivamente, respaldaron las palabras de su entrenador.

    "Sólo ha dado un dato objetivo" apuntó el primero. "Mourinho puede decir lo que quiera, pero no estamos de acuerdo", comentó el segundo. Más claro, agua.

    Sin embargo, y pese a estas muestras de apoyo, el origen de este giro en el estilo del Barça tiene como punto de partida a Tito Vilanova y lo sucedido en el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu.

    Indignación blaugrana

    Vayamos por partes. En el Camp Nou no sentaron nada bien las decisiones arbitrales de aquella noche. Y es que jugadores como Xabi Alonso, Álvaro Arbeloa, Essien o Carvalho se zafaron con demasiada violencia contra los culés y en especial, contra Messi. No es nuevo que el Real Madrid use un juego duro contra el Barça, opinan en Barcelona.

    Lo que sí es nuevo es que el colegiado sea permisivo con estas actitudes y no sólo con ellas, sino con aquellas que rozan lo extradeportivo, como las palmadas en la cara que sufrió Messi por parte de algunos jugadores blancos o los gritos racistas contra Alves.

    Nada hizo el árbitro del choque. Para colmo llegaron las acusaciones contra 'La Pulga' por sus puestas actuaciones antideportivas tras el partido. Era el colmo. Había que dar un paso al frente.

    En Barcelona intuyen que hoy el Real Madrid tratará de usar armas parecidas, así que era el momento de lanzar un mensaje público de advertencia para tratar de frenar lo sucedido y que Undiano Mallenco se lo piense dos veces antes de permitir las entradas de los jugadores del Real Madrid. De ahí que el cuerpo técnico blaugrana decidiera consensuar un mensaje de aviso al colegiado.

    Aviso público, no excesivamente duro, pero sí contundente para que, cuando toque, el trencilla no mire a otro lado. En el Barça saben que hoy se juegan mucho y que un árbitro pasivo puede ser la diferencia entre vencer o quedarse fuera de la eliminatoria.

    Por ello, y aunque se rompa la norma de hablar de los árbitros, aunque Roura se pusiera por unas horas el disfraz de Mourinho, habitualmente crítico con los colegiados, era el momento de lanzar el mensaje. Una norma, por cierto, que no está escrita para un Tito Vilanova que ya advirtió a principio de temporada cuando fue preguntado en sala de prensa.

    "Si tengo que hablar de los árbitros, hablaré", dijo al ser presentado como primer entrenador blaugrana. Adiós al silencio impuesto por Guardiola. Y mientras, los jugadores culés, también aplauden la decisión de Roura.

    Su llamada de atención es, entienden, una forma de, sin perder el respeto, tratar de poner las cosas en su sitio. Más de un peso pesado del vestuario está harto de poner siempre la otra mejilla, especialmente contra el eterno rival. Por eso consideran apropiado lo sucedido ayer.

    No se pierde el respeto y, de paso, se equilibran las fuerzas ante lo que, están convencidos, será una dura batalla que contará, como siempre, con sus roces arbitrales.

    El objetivo final no es, por lo tanto, el trato de favor de Undiano hacia el conjunto culé, sino la búsqueda de cierta equidad. Que no se permita al Real Madrid lo que, en condiciones normales, no se le permite a cualquier otro equipos.

    Que no suceda, en definitiva, lo que ocurrió en aquella final de Copa del Rey de 2011, cuando las presiones blancas surtieron efecto y Undiano permitió toda clase de juego subterráneo pro parte del eterno rival. En el Barça han aprendido la lección. No quieren ser más los pardillos de esta historia. No esta vez. Así se ven las cosas desde el Camp Nou.