Fútbol

Guardiola, sus tres años en el Bayern de Múnich y su regreso al Barça en 2016

    Guardiola, en duelo ante el Real Madrid la pasada campaña | Reuters


    El fichaje de Pep Guardiola por el Bayern de Múnich ha sacudido al planeta fútbol. Desde Brasil, hasta China, pasando por Inglaterra, Francia y, como no, en España, todos hablan de una incorporación sorprendente. Sorprendente por muchos motivos.

    El primero, porque su destino parecía la Premier League, más si cabe después de que el propio Bayern calificara de "tontería" su incorporación hace apenas 48 horas. Su contrato se firmó el 20 de diciembre de 2012.

    Sorprendente también porque se ha sabido en el mes de enero. El año sabático de Pep no ha durado ni siete meses.

    Y sorprendente porque, lejos de lo que era norma en el Barça, el técnico de Santpedor ha firmado por tres temporadas. Con los culés nunca estampó su firma en ningún contrato que lo uniese al Camp Nou por más de dos cursos futbolísticos.

    ¿Qué ha cambiado? Por ahora poco se sabe. Habrá que esperar a que Guardiola dé su versión de los hechos para conocer la verdadera razón, siempre que quiera desvelarla. En Alemania, el cuadro teutón asegura que con un contrato tan largo se le ha querido garantizar que tendrá un proyecto seguro y estable. Nada de experimentos año a año.

    No es nada nuevo. En el Barça también le querían dar proyectos estables pero era él, Guardiola, quien se negaba a firmar largos contratos. Algo ha cambiado. Su entorno insiste en que es una cuestión meramente emocional.

    Es decir, que en el cuadro culé le costaba más firmar contratos prolongados porque allí, en Barcelona, no quería realizar acciones que pudieran hipotecar su futuro y, especialmente, el de su club de toda la vida. En alguna ocasión lo confesó el propio Guardiola en sala de prensa. La presión de trabajar en casa es mayor que la de trabajar fuera. En la Ciudad Condal se sentía más responsabilizado y, por lo tanto, el desgaste era mayor. Firmar más de un año era una presión excesiva para él y lo suyos.

    "Si pudiera, firmaría de seis en seis meses. Me agobia pensar más allá de lo que pueda pasar esta semana", comentó en un famoso anuncio que hizo para una entidad bancaria catalana.

    Sin embargo, más allá de esta opción, existe una versión alternativa. Guardiola ha firmado tres años de contrato, esto es, su contrato termina en 2016, la fecha escogida para que el Barça vuelva a realizar elecciones. ¿Casualidad? Puede que no. Pep nunca ha negado que le gustaría retornar al Barça. "A mí no me perderéis nunca", dijo en su despedida.

    En el Camp Nou se da por sentado que el camino de ambos se volverán a encontrar, bien en el banquillo, bien en otros ámbitos. Y es que, aunque Guardiola quiere seguir entrenando, el estrés al que se autosomete le ha hecho pensar en alguna ocasión en los despachos y más concretamente en el palco.

    En Barcelona no se descarta que los tres años de contrato que ha firmado con el Bayern tenga como objetivo el que quede libre para la fecha de los comicios. Entonces, libre de presiones, podrá elegir qué hacer, si intentar una nueva aventura en el banquillo con alguno de los futuros candidatos (Laporta ya ha declarado que lo intentará entonces) o, incluso, presentarse como propuesta alternativa a la presidencia barcelonista.