Fútbol

La irregularidad de Sergio Ramos: a veces 'buscabroncas', a veces impecable

    Ramos, durante el entreno de este lunes | EFE


    Sergio Ramos no está pasando por un buen momento. Su expulsión el pasado miércoles frente al Celta no ha sentado nada bien en el seno del Real Madrid. Ni su entrenador, ni la directiva merengue vieron con buenos ojos su actitud al ver la roja.

    Sus insultos a Ayza Gámez le han valido cinco partidos de sanción que dejan coja la zaga merengue en el peor momento posible, sin Pepe y con un maratón de partidos de Liga y Copa que convierten el mes de enero en un mes clave para las aspiraciones madridistas, especialmente en lo que a la competición del KO se refiere.

    Esta actitud, la de un Sergio Ramos fuera de sí es, para desgracia del defensa de Camas, una actitud frecuente. A lo largo de su historia como jugador del Real Madrid, el futbolista ha ido alternando periodos de estabilidad y equilibrio de carácter con altercados como éste. No es la primera vez que se le va la cabeza.

    De la patada a Messi al pique con Costa

    En los últimos años, según crecía su importancia dentro del terreno de juego, han aumentado también la gravedad de algunos de los actos cometidos por Sergio Ramos. Si miramos a los últimos años, desde que José Mourinho aterrizó al Real Madrid, algunas de estas actitudes se han multiplicado.

    Bien sea porque el luso aumenta su efervescencia, bien sea porque con 'The Special One' se han vivido episodios tenso más allá del terreno de juego, lo cierto es que su llegada ha revolucionado el comportamiento.

    Entre estos episodios llama la atención la expulsión que sufrió en el Clásico que acabó con la manita del Barça. En aquel partido, Sergio Ramos cazó a Leo Messi en el tramo final con una patada que bien pudo costarle una grave lesión al argentino. Cuando Puyol y Xavi se acercaron a reprocharle la agresión, Ramos respondió con un manotazo al primero de ellos. Acabó expulsado.

    Tiempo después, cuando arrancó el maratón de Clásicos entre los eternos rivales, Ramos protagonizó más de un roce con Piqué y con Villa, a quien incluso levantó con malas formas en la final de Copa del Rey, cuando el asturiano se quejaba de una entrada de Arbeloa.

    Entre una y otra acción medió otro desagradable incidente. Sucedió en una rueda de prensa de la Selección Española. El futbolista increpó a un periodista de TV3 que quería hacerle una pregunta precisamente a Piqué en catalán. "Házmela a mí también en Andaluz, como parece que se te da mal el español", le dijo. Aquello fue el inicio de un periodo de distanciamiento entre ambos jugadores que se prolongó hasta la pasada temporada.

    No es el único roce que Ramos ha tenido con jugadores del Barça y de la Selección Española. La temporada pasada, el defensa acusó a Busquets de "revolcarse" aunque "ni lo toques". Sus palabras llegaron tras una supuesta agresión al culé que también acabó en roja.

    De este tipo de agresiones sabe muy bien Diego Costa. El año pasado, el brasileño vio como Ramos le golpeó con un codazo en el partido frente al Rayo Vallecano. Esta temporada, el delantero, ya en el Atlético, trató de cobrarse venganza con un intercambio de escupitajos que bien pudo costarle la expulsión a ambos.

    Algo similar sucedió en el partido entre Levante y Real Madrid jugado en Valencia. Sergio Ballesteros, defensa granota, denunció una supuesta agresión de Ramos en la enfermería. Ramos contestó en la zona mixta: "Si no le gusta el fútbol, que se dedique al boxeo"

    Entre tanto, Ramos también ha tenido conflictos de puertas hacia adentro, donde sus roces con Mourinho han sido frecuentes y, en algunos casos, provocados por las acciones del propio jugador. Su intento de dedicatoria a Özil vistiendo la camiseta del alemán en un partido frente al Depor fue uno de esos gestos que desde el seno del Real Madrid se ven como provocaciones innecesarias.

    También son frecuentes sus palabra duras contras los árbitros, actitud que creen en Chamartín que no lo colocan en buena posición frente a los colegiados. Con 15 expulsiones, Ramos es el jugador más expulsado de la historia del Real Madrid por delante incluso de Fernando Hierro.

    El capitán honesto y maduro

    Esta actitud contrasta, y mucho, con otro perfil mostrado por Ramos en los últimos meses: el de segundo capitán del Real Madrid. Cuando más han arreciado los problemas en la casa blanca, el jugador ha tirado de galones y responsabilidad para, por momentos, unir al vestuario en la búsqueda de objetivos comunes.

    Además, en algunos de los casos en los que ha metido la pata, el futbolista ha reconocido su culpa y ha pedido perdón ante los errores cometidos. Así le sucedió tras el caso de Özil, cuando reunió a la plantilla para reconocer su culpa o en el caso de Casillas, en el que ha templado ánimos tomando una posición corporativa. "Dónde manda patrón, no manda marinero", insistió.

    Sobre el terreno de juego, Ramos parecía más sobrio, con grandes actuaciones individuales que lo convirtieron en algo más que en el líder del equipo. Era un baluarte defensivo más necesario que nunca. Hasta que el miércoles se le volvieron a cruzar los cables con sus insultos a Ayza Gámez. Insultos que le mantendrán lejos de los terrenos de juego lo suficiente como para que se le calmen los ánimos.