Foto | El madridismo iguala el "calma" de Cristiano Ronaldo al silencio de Raúl
El Clásico del pasado sábado tuvo un gesto por encima de todos para la afición del Real Madrid. Fue la de Cristiano Ronaldo celebrando el gol que le dio la victoria frente al eterno rival. Su gesto, pidiendo calma al Camp Nou con alardes de superioridad encendió los ánimos de la hinchada culé y elevó al portugués a los olimpios de las celebraciones en tierra hostil, el mismo que, hasta ahora, ocupaba Raúl y su dedo del silencio.
En aquella ocasión el Real Madrid empató a dos en el Camp Nou en el último minuto. Corría el año 1999 y el siete blanco lograba la igualada con una sutil vaselina que celebró con un gesto ya en la eternidad del madridismo. Su dedo se fue a la boca y mandó callar a todo el Camp Nou.
La reacción del delantero se salió de su patrón de comportamiento habitual. No era Raúl un jugador de provocaciones a la grada, más al contrario, su habitual 'fair play' ha sido destacado por propios y ajenos. El propio jugador dijo tiempo después que no fue una reacción digna. No la repetiría. Sin embargo, ése día el que más tarde sería capitán blanco estalló. Durante todo el partido la grada se había metido con su recién estrenada mujer, la modelo Mamen Sanz. Además, el choque había estado marcado por la polémica arbitral.
El gol y la rabia por aquellos improperios le hicieron explotar en una celebración poco decorosa que, sin embargo, fue celebrada por la mayor parte de los aficionados merengues como una suerte de 'pica en flandes'. En aquella ocasión, como ahora, el Camp Nou parecía un estadio infranqueable. De hecho, durante 32 años los blancos no lograron ganar en tierra hostil. Empatar sabía a victoria.
Cristiano repite la 'conquista'
El paralelismo es evidente con lo sucedido este sábado. El triunfo merengue no sólo suponía sentenciar la Liga, sino que se saboreó como una especie de complejo desaparecido.
El todopoderoso equipo de Guardiola era, por fin, vulnerable y no sólo eso: se le podía ganar con cierta solvencia en su propia casa. Así pues, algo había de redención, de conquista, de liberación en el gol de Cristiano Ronaldo.
El luso, al igual que Raúl en sus días, es el máximo enemigo para una afición, la culé, harta de sus gestos y chulerías, siempre orgullosa de ver como Messi supera una y otra vez al jugador más caro de la historia. De ahí que el luso decidiera imponer su ley no sólo en forma de goles, sino también de gestos. "Calma, calma. Marco yo. Calma, calma", repitió el luso en un desafío a la grada que las cámaras captaron a la perfección.
Sorprendente celebración toda vez que CR7, en sus dos anteriores goles con el Real Madrid, no dedicó ni un sólo gesto de euforia. Sin embargo, este sábado, se explayó y muchos de los aficionados merengues lo celebraron con él recordando que Raúl, y su dedo del silencio, por fin tenía sucesor en el Camp Nou.
Los dos portaban el 'siete' a su espalda y los dos hicieron callar al eterno enemigo. Las formas, no muy buenas de nuevo, volvieron a ser lo de menos en medio de la borrachera de euforia merengue por una victoria que vale una Liga.