Fútbol

Pep Guardiola, el Barça, el Shakhtar y la técnica del excesivo victimismo



    Guardiola insiste. Una y otra vez. El mensaje es el mismo y da igual el rival que tenga delante. Este martes, en la previa del duelo que hoy les medirá al Shakhtar Donetsk, Pep insistió: "Por primera vez estoy preocupado. Veo al equipo más fuera que dentro. Habéis menospreciado a los ucranianos", insistió en una advertencia que ya repitió, por ejemplo, ante el Céuta, en Copa: "Son muy rápidos", afirmó entonces. Es la eterna cantinela de un exceso de humildad constante.

    Se mida al rival que se mida, Guardiola afronta la comparecencia de prensa previa a todos los duelos loando hasta la saciedad las virtudes del equipo contrario. Da igual contra quién se enfrenten los suyos, el Barça nunca parte con favoritismo previo. Como mucho, ambos contendientes arrancan en igualdad de condiciones.

    Tan reiterada es la tendencia que hasta ha servido para caricaturizar al técnico dentro y fuera de Cataluña. Los miembros de Crakovia, famoso programa de parodias de TV3, suele dibujar a un Pep temeroso de los rivales, en enfermizo estado de alerta ante lo difícil de los enemigos a los que se enfrenta.

    Los humoristas del magazine 'El Jueves' han realizado algún montaje con Guardiola en una actitud similar. Famoso es el gag en el que sus futbolistas lo convencen para que critique a algún un equipo de España. Guardiola lo hace, con tan mala suerte que ese conjunto es el Rayo Fuentealbilla, el equipo del pueblo de un iracundo Iniesta que la emprende a golpes con su técnico.

    El absurdo de tapar lo evidente

    Bromas aparte, lo cierto es que son muchas las voces que empiezan a elevarse para criticar este tipo de actitudes por parte del entrenador blaugrana.

    Una cosa es intentar poner la humildad en el centro de su filosofía deportiva y otra cosa es intentar ocultar a los aficionados y periodistas una realidad palpable: su equipo es el mejor del mundo. A buen seguro que el técnico no cambiaría ni a uno sólo de los rivales por los miembros de su plantilla.

    La técnica, con todo, tiene un objetivo: regatear las habituales situaciones de autocomplacencia que se dan en plantillas como la blaugrana, trufada de jóvenes triunfadores a los que la tentación de la vida ociosa y la falta de esfuerzo llama constantemente.

    A buen seguro que Pep lo hace con este tipo de llamamientos. Los suyos, no se relajan nunca y siempre pelean hasta el final, es parte del ADN ganador de un conjunto siempre con hambre.

    Los rivales también ayudan. Tal y como Xavi se ha encargado de repetir en muchas ocasiones, las provocaciones de Mourinho les han espoleado sin necesidad de terapias propias. Han encontrado la motivación dónde antes no la había: callar la boca al entrenador blanco es una de sus nuevas máximas.

    Miedo a un ambiente frío en Barcelona

    Sin embargo, el resto del mérito nace de un Guardiola sobreobsesionado por este tipo de detalles. Tanto es así que tampoco parece haberle gustado mucho cómo está reaccionando la afición. Todavía se pueden comprar entradas para el duelo de esta noche. No hay ganas de Champions. El Shakhtar es considerado un rival tan menor, que no habrá llenazo.

    Son este tipo de actitudes las que el de Santpedor trata de erradicar, aunque sea con arrebatos de sobrevictimismo que ya casi nadie se cree ni en la Ciudad Condal, ni en España, ni en el resto de Europa.