Fútbol

La guerra del fútbol apunta a su fin por la presión de clubes y bancos



    La guerra del fútbol tiene sus días contados, por la cuenta que les tiene al Grupo Prisa y a Mediapro. Los tribunales deberán dictar sentencia sobre los litigios pendientes a principio del próximo año, y ese plazo es una eternidad para ambos litigantes. A pesar de las muchas diferencias que coleccionan los implicados, parece que ha llegado el momento de sentarse a negociar un futuro, algo que también piden a gritos los clubes de fútbol y las entidades financieras.

    Por un lado, se encuentra el grupo Prisa (propietario de Cuatro y Digital + a través de Sogecable), con el agua al cuello ante la refinanciación de su deuda. La compañía de la familia Polanco prevé vender Digital+ a Vivendi y Telefónica por una cantidad que sólo tendría sentido si incluye el fútbol en su parrilla. Por ese motivo, Prisa medita llamar a la puerta de Mediapro en busca de los goles de la Liga.

    Por lo pronto, el grupo ha forzado la dimisión de Javier Díez de Polanco, ex consejero delegado de Sogecable, y enconado opositor hacia todo aquello que guarde relación con Jaume Roures, principal accionista de Mediapro. Resuelto lo urgente, se impondrá desbloquear el conflicto con los dueños de La Sexta.

    Por otra parte, Mediapro tampoco está para florituras. La productora se ha convencido en los últimos meses de que el fútbol en abierto es ruinoso para quién lo comercializa, por lo que necesita captar canales de televisión para empezar a explotar su modelo de negocio.

    El dinero obtenido por la venta de estos derechos de emisión se espera como agua de mayo, especialmente por los clubes de Primera División. Estas sociedades tiene prisa para planificar sus fichajes del verano y para liquidar las deudas pendientes con sus plantillas. Hace falta dinero fresco en todas partes y eso sólo lo pueden aportar los bancos.

    Sed de millones

    Por su parte, las entidades financieras no abrirán el grifo de los millones hasta que nada ponga en riesgo la solvencia de sus acreedores, sea quien sea. De esta forma, los clubes y los bancos hacen pinza para que las televisiones firmen la paz.

    Por si fuera poco, el sector convive con otras incertidumbres, como la aprobación de la televisión digital de pago, que podría producirse durante los próximos días, así como los esfuerzos que deberá realizar el conjunto de la industria ante el apagón analógico.

    Las fuentes consultadas aseguran que cualquier acercamiento de La Sexta y Cuatro ante una eventual integración estará condicionado a la tregua en la guerra del fútbol. Primero tiene que producirse un reparto de los derechos de la Liga que resulte ventajoso para todas las partes, y sólo después se hablará de otras cuestiones más sensibles. "Cuatro y La Sexta vienen a ser como el hambre y las ganas de comer", explican fuentes del sector para dar por hecho de que ambos acabarán fusionándose algún día, pero sin que ello resulte inminente. Ni mucho menos.