Fondos

Los monetarios dinámicos ni se mueven ni rentan lo suficiente



    La crisis de las subprime y todo lo que ha venido después  ha cambiado radicalmente el perfil de los fondos monetarios, y más concretamente el de los fondos monetarios dinámicos. "Los fondos que invertían en titulizaciones hipotecarias y demás activos y que buscaban batir rentabilidades a base de ganar riesgo están acabados", afirma tajante Javier Ruiz Villabrille, director en España de Dexia.

    Ahora, la familia de fondos monetarios dinámicos ha ganado en diversidad y ha cambiado sus inversiones en renta fija sofisticada y pocas veces comprensible de antaño por estrategias menos rentables pero también más seguras, dentro de lo que cabe. "El monetario dinámico se diferencia del monetario en que invierte una parte de la cartera con mayor flexibilidad, ya sea en divisas, renta variable o renta fija para ganar una rentabilidad adicional", afirman en Profim.

    Sin embargo, en cuestión de rentabilidades, tan sólo uno, CAAM Arbitrage VAR 2 Classic, cumple con el objetivo de estos productos: batir la rentabilidad de los fondos de dinero. Se anota revalorizaciones del 14% en el año gracias a su apuesta por el arbitraje de divisas y tipos de interés tanto en los países desarrollados como emergentes.

    Regreso de inversores

    Algunas de sus inversiones más rentables, según explicaba el gestor a finales de agosto, son las posiciones a largo plazo que tiene sobre el dólar y el yen, aunque en el último mes estas estrategias no les hayan dado demasiadas alegrías.

    Sea como fuere, este producto supone una excepción ya que las ganancias del resto de la industria (en torno al 2-3% en el año), quevienen a demostrar que el lavado de cara que se han hecho los monetarios dinámicos no ha provocado un regreso de inversores ya que no ven que se cumpla su gran ventaja sobre los fondos de dinero.

    "La mayoría no sólo no han alcanzado sus objetivo de batir a los fondos de dinero, sino que han obtenido rentabilidades negativas los últimos doce meses, lo que ha supuesto una gran decepción y restado confianza entre los inversores", comenta Gonzalo Rengifo, director general de Pictet en España, quien recomienda invertir en fondos más seguros como los de liquidez.

    En resumen, podría decirse que los fondos monetarios dinámicos siguen sin levantar cabeza, pese a su cambio de estrategia. Prueba de ello la da su patrimonio. Según los datos de VDOS (sólo incluyen a las gestoras españolas), los activos bajo gestión de estos productos han caído un 45 por ciento, hasta los 1.600 millones de euros, frente a los 2.900 millones que tenían en 2007.

    Pioneros en el sufrimiento

    Y es que parece que los inversores se resisten a olvidar que fueron los primeros en sufrir las consecuencias de una crisis que, aunque se inició en el mercado hipotecario, ha terminando contagiando al mercado financiero y sobre todo al mercado crediticio.

    Cabe recordar que hace ahora un año, tres fondos, todos ellos de gestoras internacionales, echaron el cierre como consecuencia de las posiciones que tenían en activos ABS (asset backed securities), que dejaron de valorarse en el mercado. Sólo uno, Parvest Dynamic ABS, sigue comercializándose en el mercado español. El resto siguen congelados, a la espera de que el mercado interbancario se recupere.

    Pero no hay que remontarse hasta el año pasado para ver cómo se han visto afectados estos productos. "En septiembre han caído de media un 1,86%, ya que se han visto tocados por el aumento de los diferenciales de crédito (spreads) y la caída en el precio de las emisiones conn un plazo superior a seis meses", asegura José María Luna, analista de Profim.

    Ante esta situación, la mayoría de gestores opta por recomendar fondos que inviertan en depósitos o en activos de deuda pública o, en su defecto, en deuda corporativa de empresas con elevada solvencia, es decir con rating de A o AA. En este último caso, se recomienda que se haga a muy corto plazo para evitar casos como el de Lehman Brothers, cuya calidad crediticia pasó del cielo al infierno en cuestión de horas.