Fondos
Menús para el calor: carteras para protegerse los meses de verano
Abante, Atlas Capital e Inversis Banco han revisado los tres menús que elaboraron para distintos perfiles de riesgo hace seis meses, y los han adaptado al nuevo clima del segundo semestre. Sus ingredientes estrella: la divisa en su estado puro, los mercados globales y olvidarse de la renta fija tradicional, que da mal sabor.
¿Se imagina llegar ahora a un restaurante a comer (con 40 grados a la sombra) y que en la carta sólo haya platos de cuchara y carnes contundentes? Nada de recetas ligeras acordes con las temperaturas. Seguro que salía corriendo. Lo normal es que, con el primer rayo de sol, los cocineros cambien el menú para ofrecer platos fáciles de comer en los días de sol. Lo mismo ocurre con las tiendas de ropa, zapaterías y, en general, todos los negocios que están al servicio de los clientes.
Por eso, las gestoras tienen que ajustar sus cartas de fondos al nuevo clima, sobre todo después de un duro invierno en el que la ilusión de los inversores se ha quedado congelada. "Ahora estamos en un momento de mayor incertidumbre, hay que reducir el riesgo", asegura Eduardo Antón, analista de fondos de Inversis Banco.
De hecho, la tórrida situación de los mercados, sobre todo tras el último mes, ha llevado a Abante, Atlas Capital e Inversis Banco a remodelar las carteras de fondos que crearon para elEconomista hace seis meses atendiendo a distintos perfiles de riesgo. "El comportamiento en este primer semestre ha sido negativo. Salvo la liquidez, el resto de mercados ha tenido resultados negativos", se lamenta Félix López, socio director de Atlas Capital. Ni la renta variable, el dólar, los bonos convertibles o la gestión alternativa han conseguido rentabilidades. "Es probablemente el peor entorno de mercado de los que a priori nos podíamos imaginar", reconoce López, antes de preguntarse: "¿De qué lado está el inversor? ¿Con la economía o con el mercado?".
Depende de la importancia que dé a una u otra variable estará más o menos intranquilo, "porque la bolsa está barata, con un PER (veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción) que no se veía desde hace 20 años, mientras que la economía ha caído en picado", considera.
Por esta razón, Abante ha dado un giro a sus carteras para aumentar el peso de la renta variable y "hemos optado por la gestión alternativa, no nos gusta la renta fija", asegura Marta Campello, directora de Abante. Además, ha concentrado el número de fondos por cartera, "para crear valor a través de los gestores que nos gustan y que entre ellos estén bien descorrelacionados", explica Campello.
Inversis Banco ha reducido el riesgo de la cartera conservadora, eliminado la inversión directa en bolsa en el perfil moderado, mientras que en la cartera arriesgada el peso de estos activos lo coloca en el 70 por ciento. Y confía la mayor parte de la gestión a los fondos denominados de autor, en los que la mano del gestor es la clave.
Las paellas más conservadoras
Y después de tener claros los ingredientes para cada menú de verano -conservador, moderado y arriesgado-, las tres gestoras comienzan a cocinar su paella mixta, la que menos riesgo tiene. Para Inversis, el secreto del sabor para el segundo semestre será rebajar el riesgo ante un escenario inesperado, con mayor concentración en fondos monetarios. El objetivo es lograr una rentabilidad del 4,5 por ciento con una baja volatilidad.
Uno de los ingredientes que más gusto darán a este plato es el SGAM Fund Money Market Euro, de Société Générale, con un peso del 25 por ciento en la cartera. Este producto, que se centra en estrategias macro, hace trading con derivados, lo que le ha ayudado a ganar el 2,20 por ciento desde enero", indica Eduardo Antón. Además, otro 25 por ciento de su cartera se lo queda uno de los fondos más de moda este año, el JPM Euro Liquidity, de JPMorgan, que ha hecho el agosto, al tener una cartera centrada en repos de la zona euro. Eso sí, su inversión mínima no baja de 50.000 euros, con una comisión del 0,55 por ciento.
Su cartera se completa con dos fondos de renta fija alternativa, con un peso del 40 por ciento -frente al 50 por ciento que tenían en la anterior-, mientras que la gestión alternativa se queda con una presencia del 10 por ciento, la mitad que seis meses atrás (ver cuadro). Esta nueva cartera hubiera dado una rentabilidad del 3,48 por ciento en el primer semestre, con una volatilidad que no llega al 2 por ciento.
Mientras, Atlas reconoce que la estrategia que aplicó en sus carteras más conservadoras en diciembre no ha salido bien. Por eso, también se ha lanzado a los extremos: "La agresiva la hemos hecho más incisiva, y las conservadoras, más prudentes", apunta López. Y como aderezo importante, siguen sin cubrirse del riesgo divisa, "lo que las monedas nos han quitado este año, que nos lo devuelvan en entre 3 y 6 meses", se queja tras reconocer que "con el dólar nos equivocamos porque empezamos a comprar antes de tiempo". Eso sí, en la cartera conservadora y moderada el peso del dólar se reduce a un 10 por ciento en el fondo Julius Baer Dollar Cash.
Además, sus apuestas conservadoras se caracterizan por no tener nada de exposición a la renta fija clásica, gubernamental, "porque con la inflación al alza no hay valor". En definitiva, el 60 por ciento de la cartera de menos riesgo está en fondos monetarios, mientras que el 35 por ciento va a parar a renta fija y el 5 por ciento a su producto de bolsa, Atlas Capital Bolsa. También confía en los convertibles, "tras la caída de la parte de bolsa", porque ahora les toca sacar buen resultado, y en los emergentes en moneda local.
¿Y Abante? La paellera más conservadora de esta gestora ha mezclado ingredientes alternativos, pero "sin que la volatilidad se vaya de las manos", explica Campello. Además, busca productos descorrelacionados que se complementen, "como nuestro Okavango Delta, que acaba de recomprar bolsa, y el Putnam Total Return, que hasta hace poco sólo estaba a disposición de clientes institucionales". A cada uno de ellos, les corresponde un 15 por ciento de la cartera. Además, no podía faltar su Abante Tesorería (mantiene con un 45 por ciento) y el Long Term Investment Alpha, que "le da riesgo". Su rentabilidad anualizada en los últimos cinco años sería del 4,2 por ciento, con una volatilidad del 3,5 por ciento.
Un poco de tabasco
Para paladares que empiezan a consentir el picante, esta gestora sube la presencia de la renta variable al 30 por ciento, mientras que la gestión alternativa se queda con el 45 por ciento. "Hemos hecho movimientos bruscos, aunque sabemos que es sólo para inversores a los que no les tiemble la mano", reconoce Campello. Mientras que en esta cartera moderada de diciembre, Abante se apoyaba en 16 productos, ahora los ha reducido a 10.
Y como Atlas, tampoco cubre el riesgo divisa, con UBAM NB US Equity Value, Skandia Pacific, LTIF Alpha y ABN Amro US Opportunities. De éste último, Campello destaca a su gestor, François Mouté, "quien el pasado año apostó por el oro y cogió la subida, luego se pasó al petróleo y también ha sacado partido a las coberturas en EEUU". La rentabilidad anualizada de esta paellera es, en los tres últimos años, del 3,7 por ciento y la volatilidad del 6,6 por ciento.
Por su parte, para darle un toque especial a este plato, Inversis sigue sin incluir renta variable directa y "dejamos la gestión en manos del gestor", para intentar llegar a una ganancia del 6 por ciento este año, con una volatilidad de hasta el 5 por ciento. Destaca la presencia de Carmignac Patrimoine, aunque hace unos tres meses a este fondo le salió mal hacer coberturas en el sector financiero de EEUU. Y busca productos con visión global.
Y en la cocina de Atlas, esta paella se compone de un 35 por ciento tanto en renta variable como en monetarios y un 30 por ciento en renta fija, con un descenso del peso de Europa. "Es el mercado que más ha sufrido y sigue siendo el que mejores perspectivas tiene en unos seis años, pero creemos que oculta sorpresas negativas en las valoraciones y resultados empresariales", prevé López.
Y el chile para los que les guste
Llegamos a lo más arriesgado, la paella con picante, donde Atlas se desmarca de las otras dos gestoras, con una exposición a la bolsa del 85 por ciento. La exposición a mercados asiáticos y EEUU marca la cartera. Además, al igual que Abante, ha tenido que prescindir del fondo Fidelity European Aggressive, cerrado parcialmente a nuevas suscripciones. Atlas lo ha sustituido por el Euro Blue Chip, mientras que Abante no ha vuelto a incluir ninguno de esta gestora.
Inversis incluye hasta un 70 por ciento en bolsa, para intentar ganar entre un 8 y 9 por ciento. También se queda desprotegido del dólar, "ya que tocó techo en 1,60 dólares", cree Antón. Las materias primas siguen sin "verlas claras", por lo que invierten a través de ABN US Opportunities USD, cuya cartera tiene un 60 por ciento en este sector. Eso sí, sus apuestas emergentes las hace en euros.
La tercera paella de Abante hubiera tenido una ganancia del 2,5 por ciento anualizada en los 2,5 últimos años, con una volatilidad del 10,9 por ciento. Para esto, invierte en fondos puros de bolsa el 50 por ciento -frente al 86 por ciento de diciembre-, en gestión alternativa el 40 por ciento (9 por ciento en diciembre) y el resto en activos monetarios.
De toda esta carta de paellas, elija la que más le guste para poder pasar una sobremesa tranquila.