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Fondos para cazar las gangas de la deuda



    Los títulos españoles ofrecen las rentabilidadesmás altas desde 1997, una realidad que conduce a dos versiones

    contrarias. La buena noticia es que hay vehículos de inversión con liquidez suficiente para poder comprar nuevas

    emisiones. La mala, que otros ya tienen toda su cartera invertida en deuda.

    Piensa que España se enfrenta a un impago de su deuda pública? ¿Ve probable que se salga del euro o que el proyecto de la moneda única acabe saltando por los aires? ¿Considera una posibilidad que tenga que ser rescatado,  como alguno de sus vecinos europeos? Si ha contestado con un ?no? a estas tres preguntas, quizá sea uno de los inversores a los que sí le puede interesar empezar a invertir ahora en deuda pública española. Sobre todo, si se tiene en cuenta que en estos momentos ofrece rentabilidades más que atractivas en todos sus plazos, una situación derivada de las tensiones provocadas por la crisis de la deuda soberana en la eurozona, en la que España cuenta con un papel protagonista.

    Las letras, es decir, los títulos con vencimientos a tres, seis, doce y dieciocho meses, rinden entre un 4 y un 5 por ciento, aunque han llegado a subastarse por encima del 5 por ciento; los bonos, con vida comprendida entre los 2 y los 5 años, se mueven entre el 5 y el 6 por ciento; y las obligaciones se mantienen cerca del 6 por ciento, aunque han llegado a asomarse a la barrera del 7 por ciento. Todos ellos, los registros más altos desde los años 90, una referencia temporal que demuestra la excepcionalidad de la situación actual. ?Si se solucionan los problemas sí habría valor en la deuda pública española, pero hay que ser cauteloso y tener una cartera diversificada ya que habrá mucha volatilidad?, afirma Bill O´Neill, director de inversiones de Merrill Lynch WealthManagement.

    Distintos caminos

    Está claro que atractivo, aunque no exento de riesgo hay, pero ¿cómo puede comprar deuda española el pequeño inversor? Tiene dos opciones: una directa y otra indirecta. La primera se puede realizar a través del Banco de España y/o el Tesoro Público en Internet (www.tesoro.es), pero el problema es que deberá solicitar la deuda antes de que ésta salga a subasta, con lo que deberá conocer y seguir el calendario de colocaciones, y requiere una inversión mínima de 1.000 euros. Diversificar, por tanto, a través de la compra directa de deuda requiere cantidades no aptas para todos los bolsillos. La segunda, la indirecta, es a través de fondos de inversión. Esta opción permite al inversor no sólo tener una cartera diversificada de deuda (los fondos no pueden invertir más de un 10 por ciento de su patrimonio en un único valor), sino también delegar en el gestor la difícil tarea de seleccionar qué emisiones merecen la pena y cuáles no. Por no mencionar que, en el caso de que dicha inversión falle, el partícipe del fondo siempre podrá traspasar su ahorro a otro producto que siga una estrategia diferente sin tener que tributar a Hacienda por ello.

    En el mercado español se comercializan aproximadamente una treintena de fondos que centran su punto de mira de forma exclusiva en la deuda española, más conocidos como fondtesoros. Su gran ventaja es que no sólo acuden a las subastas que celebra el Tesoro Público, sino que además todos ellos cuentan con liquidez como para comprar deuda en el mercado secundario, es decir, la plataforma en la que se pueden adquirir y vender los títulos tras haber sido emitidos.

    Por ejemplo, según los datos de Morningstar, Santander Fondtesoro Corto Plazo FI tiene más de 300 millones de euros, cerca del 50 por ciento de su patrimonio, en liquidez. Esto no sólo le permite evitar en mayor grado la volatilidad del mercado de deuda, al estar menos invertido que otros fondos, sino que también supone que tiene dinero contante y sonante para aprovechar las oportunidades que puedan seguir surgiendo, en caso de un nuevo recrudecimiento de la crisis de la deuda europea, y no sólo en emisiones nacionales, sino también de comunidades autónomas, comúnmente conocidas como bonos patrióticos. La fuerte exposición a liquidez de su cartera explica por qué consigue mantenerse en positivo este año (gana un 0,42 por ciento), pese a que los fondtesoros acumulen pérdidas medias del 0,6 por ciento en 2011.

    Similar situación es la que atraviesa BBVA DineroFondtesoroCorto Pl FI. Según Morningstar, tiene el 80 por ciento de su cartera, cerca de 250 millones de euros, dispuestos para comprar nuevas emisiones. Esta
    estrategia ultradefensiva le permite ganar un 0,68 por ciento en 2011.Todo lo contrario sucede con productos como Amundi Fondtesoro Largo Plazo FI o BK Fondtesoro Largo Plazo FI. A ambos les ha penalizado estar casi totalmente invertidos (tienen menos de un 6 por ciento en liquidez) y ello provoca que pierdan entre un 1 y un 4 por ciento en lo que va de año.