Fondos

Los españoles sí compran ETF, pero muy pocos lo hacen en España



    Llegar tarde a un negocio evita estrellarse contra un árbol, como puede ocurrirles a los pioneros, pero implica el riesgo de quedar demasiado lejos de las grandes potencias, por mucho que se crezca cuando se entra en el mercado. España está experimentando esta realidad con los llamados ETF, fondos de bajas comisiones que permiten invertir en un índice o una cesta de valores con la flexibilidad de una acción.

    Es decir, comprando y vendiendo cuantas veces se quiera en una sesión al contrario que los tradicionales, en los que sólo se puede entrar o salir una vez al día en el mejor de los casos.

    Aunque España fue el segundo país que más creció porcentualmente en dinero invertido en productos locales, un 255,4 por ciento, según los cálculos de Morgan Stanley, sigue muy lejos de los grandes mercados desarrollados. A cierre de año, el patrimonio ascendía a 1.350 millones de dólares (911 millones de euros), muy lejos de los 50.000 millones de Alemania o los 39.700 de Francia, por ejemplo.

    España sí compra ETF

    ¿Significa esto que los españoles compran muy pocos ETF en comparación con el resto de inversores? En absoluto. Más bien ocurre todo lo contrario. De hecho, España aparece como el cuarto país mundial donde más instituciones afirman utilizar estos productos para invertir. En concreto, a cierre de 2006, lo hacían 76 entidades, según Morgan Stanley.

    En resumen, que los españoles sí compran ETF, pero muy pocos lo hacen en España. "Muchos clientes institucionales siguen invirtiendo en nuestro ETF sobre el Euro Stoxx comprándolo en París, aunque ya está cotizado en la bolsa española", confirma Adrián Juliá, experto en fondos cotizados de Lyxor, una de las tres gestoras que tiene productos cotizados en España, junto a Santander (SAN.MC) y BBVA (BBVA.MC).

    Esta costumbre de comprar fuera productos que cotizan en España, se ha desarrollado por culpa del retraso con el que estos productos han llegado al mercado español. Primero, por el retraso de la creación de la figura de fondos cotizados, que no llegó a la normativa española hasta el Real Decreto de IICs del 4 de noviembre de 2005; y segundo, porque para no tener retención fiscal, estos productos debían tener estructura de fondos de inversión. Esta limitación dejó de raíz fuera del negocio en España a la mayoría de las grandes gestoras mundiales, que tienen sus ETF en formato sociedad de inversión (sicav) y no fondos.

    De este modo, sólo las gestoras que ya tenían productos con estructura de fondos, como Lyxor, o las que los crearon ex profeso, como BBVA y Santander, han lanzado ETF en el mercado español, mientras que otros gigantes se mantienen fuera. "No van a cambiar toda su estructura para España", comentan fuentes del sector.

    No sólo eso. La normativa también limita la posibilidad de lanzar productos como los ETF sobre materias primas, que sí están funcionando en otros mercados. Así, la mayoría de operaciones de particulares a través de entidades que ofrecen plataforma de ETF, como Renta 4, Inversis o Bankinter, van a productos cotizados en EEUU.