Fondos
Cómo saber si mi gestor crea valor: estadísticas a tener en cuenta en los fondos
Uno de los errores más comunes de los inversores particulares es elegir los fondos sólo por su rentabilidad pasada, porque están en los primeros puestos de los ranking". Este es uno de los comentarios más habituales entre los asesores financieros en España, que desde hace años usan para sus análisis una variada gama de estadísticas, al igual que los analistas y gestores de acciones usan ratios como el PER o la rentabilidad por dividendo para seleccionar los valores más atractivos para sus carteras.
Distintos referentes
No hay una fórmula mágica, ni un ratio que garantice acertar en la elección, pero sí pueden ser una buena ayuda: "Lo mejor es tener en cuenta todos los ratios, porque algunos te ofrecen pistas que otros no te dan", comenta Rafael Hurtado, gestor de fondos del grupo Banco Popular.
A la hora de utilizarlos, cada experto tiene su librillo. Por ejemplo, Hurtado considera los más útiles aquellos que miden la relación entre la rentabilidad y el riesgo, entre ellos, destaca el llamado Sharpe. Este ratio, que tomó su nombre del premio Nobel que se lo inventó, mide la rentabilidad extra que consigue el gestor con cada unidad de riesgo que asume sobre las inversiones más seguras, como las Letras del Tesoro, por ejemplo.
Se trata de una estadística muy utilizada. Por ejemplo, en Self Trade, según explica Paula González, analista de fondos, "es uno de los cuatro baremos que utilizamos para realizar nuestra selección, junto con la rentabilidad a seis meses y a tres años, y el alpha -ratio que mide la rentabilidad atribuible sólo a la habilidad del gestor- a seis meses", explica.
Miras de medio plazo
Enrique Borrajeros, socio director de Abante, le subraya una desventaja al ratio de Sharpe: "No resulta tan útil cuando se quieren comparar fondos de categorías muy distintas", asegura, mientras aconseja "valorar estas estadísticas en el medio plazo, para ver cómo se comporta el fondo en cada momento de mercado".
Borrajeros asegura que cada tipo de fondos puede tener un ratio más adecuado, al igual que ocurre con las acciones, donde la mejor estadística para valorar una inmobiliaria, por ejemplo, es el PER -veces que el beneficio está recogido en el precio por acción- como en otros sectores es el NAV , valor liquidativo de los inmuebles.
Así, por ejemplo, a la hora de fijarse en un fondo de inversión libre -los conocidos mundialmente como hedge funds-, lo más relevante sería el alpha, ya que se trata de un tipo de productos donde las decisiones del gestor cobran especial importancia.
Control de riesgo
Todo lo contrario ocurre si un ahorrador quiere invertir en un fondo de un mercado concreto. En este caso, deberá valorar el tracking error, que mide el grado de fluctuaciones que experimenta el fondo con respecto a su índice de referencia y, para los más avanzados, el ratio de información, que se basa en el tracking error para medir la ganancia extra por el riesgo que asume un gestor sobre un índice.
En estos fondos tradicionales, otro de los parámetros preferidos es la beta, que mide la sensibilidad a los movimientos del mercado. Así, un gestor que tenga este ratio por debajo de uno indica que cada vez que la bolsa sube o baja, su fondo lo hace con menos intensidad. Así, en periodos alcistas, los fondos con más beta tienen mejores resultados, mientras que cuando el mercado gira a la baja conviene irse a los que reflejan menos beta.
Por último, entre los fondos de gestión activa en los últimos años ha sido muy seguido el VaR -valor en riesgo-, que indica la caída máxima a un año en la que, con una probabilidad del 95 por ciento, puede incurrir el fondo. Muchos gestores utilizan esta estadística como técnica de control de riesgo.
Los fondos que mejor aprovechan el riesgo
productos de bolsa española de S&P con mejor ratio de Sharpe. En porcentaje.
Fuente: Inversis con datos de S&P / elEconomista