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¿Cuánto invierto para lograr 200.000 euros al jubilarme?



    Abierto el debate sobre las pensiones, piense 'objetivamente' en la suya. Le decimos cuánto debe ahorrar cada mes y cuándo tendría que empezar a hacerlo para conseguir su objetivo. La pensión pública no bastará, hay que buscar alternativas.

    Nadie que en los últimos días haya leído un periódico o visto un informativo en la televisión puede negarlo. Hay debate sobre el futuro de las pensiones. Y éste no afecta sólo a los que estén cerca de la edad de jubilación (igual no tan cerca si se aprueba la propuesta del Gobierno de aumentar la edad de ésta en dos años, hasta los 67). También importa a los que aún les queden muchos años para ello e, incluso, a los que se hayan incorporado al mundo laboral recientemente.

    Al fin y al cabo, hay que tener en cuenta que el envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad que hay en nuestro país se traduce en un futuro aumento en el número de prestaciones y una caída en las aportaciones a la Seguridad Social. Y todos los expertos coinciden: la pensión pública no va a desaparecer, pero no será tan boyante como lo ha sido hasta ahora cuando, según los datos de Inverco, la prestación del Estado cubre el 80 por ciento para salarios de hasta 40.000 euros, frente al 48 por ciento de media en la OCDE. ?Si se quiere mantener ese nivel se tendrían que aumentar impuestos?, afirma Ángel Martínez Aldama, director de Inverco.

    De momento, la propuesta del Gobierno para aumentar la edad de jubilación y el cálculo de la futura prestación a 20 años desde los 15 actuales no es sino un aviso y, según Carlos Tusquets, ?la primera señal de que el sistema público de pensiones no puede cumplir con los objetivos?. ¿Quiere eso decir que hay que resignarse y asumir que cuando nos jubilemos tendremos que vivir con mucho menos dinero del que recibimos por nuestro trabajo? No; pero sí significa que esa prestación pública no va a ser suficiente para disfrutar no de un retiro dorado, sino de unas rentas similares a su sueldo.

    La primera pregunta que uno debe plantearse en el maratón que supone el ahorro para la jubilación es: ¿cuánto dinero espero recibir de mi pensión privada cuando me jubile? Fijada la meta, conviene centrarse en los pasos intermedios que deben alcanzarse para llegar a ella después. El primero de ellos afecta a la edad en la que se comienza a invertir en un plan de pensiones y el segundo, a la cantidad mensual que uno está dispuesto a aportar. Cabe recordar a este respecto que, por ley, el máximo deducible en el IRPF para los menores de 50 años es de 10.000 euros, siempre que no se supere el 30 por ciento del sueldo (12.500 euros para losmayores de 50 si no se supera el 50 por ciento del sueldo).

    Cuanto antes, mejor

    Por ejemplo, si su meta es conseguir un capital de 200.000 euros en el momento de su jubilación (de momento, sigue siendo los 65 años) a través de un plan de pensiones compuesto en un 70 por ciento por renta fija y en un 30 por ciento por acciones bastaría con invertir 300 euros al mes para conseguirlo. Pero para ello es necesario que realice la primera aportación a los 30 años. Si busca conseguir el mismo capital pero empieza a invertir a los 40 años, tendría que destinar más de 600 euros al mes de su sueldo para lograrlo, ya que si sólo destinara 600 euros, obtendría 124.927 euros.

    Probablemente esté pensando: ya, pero ¿quién puede invertir 300 euros al mes en un plan de pensiones con 30 años, cuando los salarios medios en nuestro país rondan, según los datos de la OCDE, los 21.000 euros? Totalmente
    de acuerdo. Pongamos que la cantidad que el inversor puede aportar es de 50 euros almes. Si la primera aportación se realiza en la treintena, se obtendrá un capital de 33.500 euros. Si se empieza con 40, la cantidad desciende a 20.900 euros netos antes de impuestos, lo que supone un 60 por ciento menos. ¡Ojo! A esta cantidad
    habría que restarle los impuestos que uno ha de pagar cuando rescata su plan de pensiones. Es decir, tributará como rendimiento del trabajo a un tipo de entre el 24 y el 43 por ciento, a no ser que el plan se contrate antes del 31 de diciembre. En ese caso, el 40 por ciento del capital estaría exento de pasar por Hacienda si el rescate se realiza en forma de capital.

    Para estos cálculos se ha tenido en cuenta que la rentabilidad bruta que el partícipe obtiene cada año por su
    capital es del 4,5 por ciento (2,5 por ciento neto, descontadas las, a menudo exageradas, comisiones que cobran los planes de pensiones), pero ¿varía mucho si en vez de invertir en un plan con un 30 por ciento en bolsa, se invierte en otro con un 70 por ciento?

    La bolsa es históricamente la mejor inversión a largo plazo y, según los datos históricos recopilados por la consultora Mercer, que son los que ha tenido en cuenta para calcular la esperada rentabilidad, sí hay diferencia, aunque no tanta como si en lugar de invertir en un plan de pensiones individual se invierte en uno de empleo, aquel que promueve la empresa para sus trabajadores.

    El plan de empleo es necesario

    Y es aquí cuando aparece una de las mayores razones que alegan los ahorradores españoles para no invertir en planes de pensiones: las, casi siempre voraces, comisiones. La diferencia entre los gastos de los fondos de pensiones
    individuales
    , que son los que uno contrata unilateralmente con el banco, y los planes promovidos por una empresa son espectaculares. Mientras que la comisión media de los primeros es, según los datos de Morningstar, de un 1,44 por ciento anual sobre el patrimonio (Mercer calcula que es
    del 2 por ciento), en los planes de empleo la cifra desciende hasta el 0,50 por ciento anual sobre el patrimonio. Y esto se nota en la rentabilidad y, por ende, en el capital que se recibe en el momento de la jubilación.

    Si se tiene en cuenta el ejemplo anterior, un partícipe que aporte 300 euros al mes desde los 30 años a un plan de empleo que invierta el 70 por ciento en deuda y el 30 por ciento en bolsa, obtendría a los 65 años un capital de 271.000 euros, un 35 por ciento más que con el plan de pensiones individual. Las mismas diferencias se observan si en lugar de 300 euros mensuales, el inversor aporta 50, 100 ó 600 euros; y se reduce al 22 por ciento y al 12 por ciento si se mete la primera moneda en la hucha a los 40 y 50 años respectivamente. Las mismas divergencias se dan si la cartera está compuesta en un 70 por ciento por bolsa y en un 30 por ciento, por deuda.

    Muchos dirán: pues entonces, invierto en un plan de empresa. Sí, pero el problema es que sólo el 4 por ciento de la población activa podrá hacerlo ya que, a diferencia de otros países, en España sólo quien trabaje en una multinacional o en una gran compañía disfruta de ese privilegio social. Y hay que tener en cuenta que el 99 por ciento de las empresas que operan en Epaña son pymes además de los 3 millones de autónomos.

    ?En el Pacto de Toledo se tiene que abordar el plan de empleo e, incluso, hacerlo obligatorio y los trabajadores deben reclamarlo porque es un beneficio social?, afirma Juan Ruiz, consultor de promoción social de Mercer. ?Como se ha visto, el esfuerzo individual que tiene que hacer un partícipe es enorme, se requiere una combinación de los tres productos: el de empresa, el estatal y el individual para construir la jubilación?, zanja este experto.

    ¿Y si nos jubilamos a los 67 años?

    La propuesta de retrasar la edad de jubilación dos años no haya calado muy bien en la sociedad. Todo lo contrario ha sucedido con los expertos. ?A nadie se le ha ido el juicio, ya que todos los países están aumentando la edad de jubilación?, afirma Aldama. Tampoco supone una gran diferencia rescatar el plan de pensiones a los 65 que a los 67. De hecho, según los datos de Inverco, son muchas las personas que aún no han dispuesto del capital pese a haberse jubilado. ?Esto ha permitido que se mantenga el flujo neto de aportaciones en positivo?, afirma Santiago
    Arans, presidente de la Agrupación de Fondos de Pensiones.

    Por ejemplo, si un ahorrador empezó a invertir con 30 años en un fondo mixto de renta fija con una aportación mensual de 50 euros, recibiría 33.452 euros si el rescate lo realizara con 65 años; si lo hiciera con 67 años, obtendría
    36.374 euros, 2.922 euros más aunque de éstos, 1.200 corresponderían a las aportaciones. Eso sí, hay que echar
    cuentas y analizar si merece la pena fiscalmente hablando, ya que el inversor prorrogaría dos años sus deducciones
    fiscales a planes de pensiones.

    Rentabilidades paupérrimas

    Puede ser por las elevadas comisiones que cobran o porque los gestores no aciertan a la hora de seleccionar los valores que componen la cartera pero, sea como sea, la realidad habla por sí sola. Y no dice precisamente palabras
    bonitas cuando incide en la rentabilidad que a largo plazo consiguen los planes de pensiones individuales. Según los datos deMorningstar, en España se comercializan 357 fondos de pensiones con al menos diez años de antigüedad y de éstos sólo tres, el 0,84 por ciento del total, logran rentabilidades anuales superiores a la que han dado los ahora tan cuestionados bonos del Estado español a diez años. La fotografía no mejora demasiado si en lugar de comparar las rentabilidad de estos productos con la deuda española se compara con la inflación (este es uno de los indicadores más fiables para comprobar si realmente un producto de inversión es rentable o no). Atendiendo a esta norma no escrita se puede concluir que sólo el 3 por ciento de los planes de pensiones cumple su función ya que de los 357 productos, sólo 16 logran batir a la inflación en los últimos diez años. Conviene destacar el comportamiento de Bestinver Ahorro, que ha dado a sus inversores rentabilidades anualizadas del 11,84 por ciento, Fonditel Red Básica, con ganancias anuales del 6,73 por ciento y Fonditel RedActiva, con rentabilidades del 6,46 por ciento.

    Algo mejor es lo que consiguen los partícipes de planes de empleo. Al menos cuando la comparación se realiza con la inflación. De los 300 fondos de empleo que hay en nuestro país con al menos diez años de vida, 86 baten a la inflación en la última década. La cifra se reduce cuantiosamente si en lugar del incremento del coste de la vida se compara su rentabilidad con la obtenida por los bonos a 10 años.Tanto que sólo un plan de empleo lo consigue. ¿Trabaja en Caja Jaen? Enhorabuena. Su fondo, PGP1301, gestionado por Caser, es el más rentable a largo plazo y el único que consigue ganar más que la deuda desde 1999. Se anota ganancias anuales del 7,16 por ciento. Le acompañan, con rentabilidades superiores al 6 por ciento, dos planes de pensiones de los trabajadores de Cepsa, gestionados por Santander.