Podríamos decir que 2007 no ha sido un buen año para los fondos de inversión; más bien todo lo contrario, ha sido el más negativo desde hace 6 años. En junio, fuimos testigos de una caída en el patrimonio de fondos de inversión, la mayor en términos netos desde principios del 2001. En ese mes, el patrimonio en fondos descendió más de 1400 millones de euros. Llegaron julio y agosto, meses en los que empezó a fraguarse la crisis hipotecaria y de liquidez en la que nos encontramos inmersos en la actualidad. Esta crisis afectó a la renta variable, que se cebó también en un tipo de activo del cual los inversores no habrían desconfiando jamás: renta fija a corto plazo, monetarios dinámicos... Esto provocó una espantada de los inversores hacia la renta fija de alta calidad y los depósitos. Aún tenía que llegar septiembre, cuando los bancos y cajas pusieron una nueva zancadilla al mercado de fondos, lanzando agresivas campañas comerciales de captación de pasivo. En este mes, los reembolsos netos casi llegan a los 5.000 millones de euros, y en octubre ya superaron ampliamente esa cifra, lo cual vino acompañado de una caída en el patrimonio global de fondos cercana a 3.000 millones de euros. Por el lado positivo, encontramos a los hedge fund, que poco a poco van abriéndose un hueco en nuestro mercado. A pesar de todo, en la actualidad el patrimonio en estos fondos es aún muy escaso, aunque esta categoría puede demandarse más en 2008. En Self Trade Bank, hemos observado dos tipos de comportamiento muy dispares en los inversores de fondos. Por un lado, los inversores que se han refugiado en las opciones de fondos más defensivas: monetarios como el SGAM Money Market Euro o el Pictet EUR Liquidity, o fondos de renta fija a corto plazo como el Credit Suisse Target Return. Algunos de los clientes invierten en estos fondos porque ya desde un primer momento se definieron como conservadores, y otros han llegado a estos productos alarmados por el rumbo de los mercados. Cierto apetito emergente Por otro lado, encontramos a los clientes más arriesgados, que no parecen querer bajarse del carro de los emergentes. En este sentido, hemos visto espectaculares incrementos de patrimonio en fondos como el Schroder Hong Kong, Dexia Australia, JF Singapore o JF China, lo cual nos resulta curioso, ya que de forma general estos fondos no forman parte de nuestras carteras modelos. Como inversiones de alto riesgo que son, sólo se recomiendan a un tipo de cliente con muy baja aversión al riesgo y un horizonte temporal de largo plazo. Sin embargo, muchos clientes se han dirigido de forma espontánea hacia este tipo de inversiones, mostrando así su apetito por el riesgo y las altas rentabilidades. También hemos visto incrementos importantes en las categorías de fondos más recomendadas por Self Trade Bank, como la renta variable norteamericana (con el fondo UBAM US Value) o europea (Franklin Mutual European), y los fondos de capital protegido (ING Protected Mix 80 o Invesco Capital Shield 90). A pesar de que 2007 no ha resultado un buen año para la industria, en Self Trade estamos satisfechos por la evolución que hemos tenido en el año. Por un lado, hemos incrementado un 50 por ciento nuestro patrimonio con respecto al cierre del 2006, y más satisfechos aún si tenemos en cuenta cuál ha sido la tendencia del mercado. A pesar de las salidas que ha sufrido el patrimonio de fondos en España, tuvimos suscripciones netas positivas. Creemos que 2008 también va a ser complicado para la industria de fondos, en especial en los primeros meses, ya que a principios de año vencen varios garantizados, lo que se traducirá en nuevas salidas de patrimonio. Las incertidumbres en los mercados nos hacen mirar hacia la renta variable con cierta cautela. En las circunstancias actuales, en principio se descarta una recesión económica, si bien también esperamos una clara ralentización en el crecimiento. Manteniéndose este panorama, es posible que no veamos reembolsos masivos en la renta variable, pero cualquier noticia peor de lo esperado en este sentido puede incidir de forma especial en el ánimo de los inversores, haciendo que estos busquen alternativas menos volátiles para sus ahorros.