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Gadafi advierte a Occidente de que la guerra puede llegar a su territorio



    El líder libio, Muamar al Gadafi, se ha negado a abandonar el país a la vez que, por una parte, ha advertido a los países de la OTAN que atacan Libia que los libios podrían llevar la guerra hasta su territorio y por otra ha insistido en su propuesta para un alto el fuego. Los rebeldes se oponen al alto al fuego de Gadafi.

    En un discurso televisivo, Gadafi señaló que "los libios son libres de extender la guerra hasta el territorio del enemigo, tienen la razón y yo no puedo imponer un veto si tal es su decisión, ellos son libres de defenderse".

    En el discurso, pronunciado con ocasión del centenario de una batalla librada contra las fuerzas italianas, Gadafi reprochó a Italia el haber vuelto a lanzar una agresión contra Libia y emplear su poderío militar para "matar a libios", según el texto difundido por la agencia oficial de noticias Jana.

    Gadafi no está dispuesto a abandonar Libia

    El coronel libio Muamar Gadafi ha vuelto a repetir este sábado que no renunciará al poder e invitó a Washington y a París a negociar con él una salida de crisis.

    La OTAN, que efectúa bombardeos aéreos en el país, "debe abandonar toda esperanza de una partida de Muamar Gadafi. No tengo función oficial para renunciar a ella. No abandonaré mi país y combatiré hasta la muerte", declaró Gadafi en un discurso transmitido por la televisión estatal la madrugada del sábado. El canal dijo que la transmisión era en directo.

    Los rebeldes libios levantados desde mitad de febrero, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) exigen la partida del coronel Gadafi, en el poder desde 1970, pero éste repitió que su pueblo lo "quiere", y dijo que él es "sagrado" para los libios, además de "un símbolo y un padre".

    Abierto a la negociación pero sin condiciones

    "Estamos dispuestos a negociar con Francia y Estados Unidos, pero sin condiciones", señaló el dirigente libio, en una ceremonia por el centenario de una batalla contra las fuerzas de ocupación italianas.

    "Nosotros no nos rendiremos, pero yo los invito a negociar. Si ustedes quieren el petróleo, vengan para que firmemos acuerdos con sus empresas, pero no merece la pena hacer una guerra", añadió el dirigente en su primera aparición pública desde el 9 de abril.

    "Podemos solucionar nuestros problemas entre libios sin pelearnos; retiren sus flotas y aviones", dijo Gadafi dirigiéndose a la OTAN.

    La intervención militar de Occidente

    Francia y Estados Unidos, junto con Gran Bretaña, encabezaron las operaciones militares iniciadas en Libia el 19 de marzo al amparo de una resolución de la ONU. El mando de las operaciones pasó a la Alianza Atlántica a finales de marzo.

    Sobre el terreno, en Misrata, ciudad situada a 200 km al este de Trípoli y asediada por las fuerzas pro Gadafi, se produjeron combates el viernes alrededor del aeropuerto, constataron periodistas de la AFP.

    Los combates se habían cobrado 18 muertos y 83 heridos a las 19H00 GMT, según fuentes médicas.

    Los rebeldes anunciaron que las fuerzas gubernamentales lanzaron un contrataque, con el apoyo de cuatro tanques, en la zona de Al Ghiran, cerca del aeropuerto. "Los hemos parado en el extremo límite, por el momento", declaró a la AFP Ibrahim Ahmed Boushagha, un combatiente rebelde.

    Un portavoz del gobierno dijo el viernes que el Ministerio de Justicia invita a "todos los grupos armados de Misrata a entregar las armas a cambio de una amnistía", y precisó que la oferta es válida hasta el 3 de mayo.

    El mar, punto estratégico

    También confirmó la amenaza de atacar los barcos que entren en el puerto de esa ciudad, tal y como lo anunció poco antes la televisión libia.

    Todo barco "que intente entrar en el puerto (...) será golpeado con fuerza", advirtió la televisión, afirmando que el ejército había puesto "fuera de servicio" el puerto, única vía de abastecimiento, y que la entrega de ayuda debería efectuarse "por vía terrestre" bajo supervisión de las fuerzas leales a Gadafi.

    Los barcos de la OTAN neutralizaron por su lado las minas marinas colocadas por las fuerzas de Gadafi en el puerto de Misrata, según el general británico Rob Weighill.

    Según la Medialuna Roja, la violencia en Misrata ha dejado en dos meses unos 1.500 muertos, habitantes e insurgentes. Según el fiscal local, más de 500 personas fueron secuestradas en esta ciudad por las fuerzas pro Gadafi.

    Más al oeste, los insurgentes seguían controlando el viernes el puesto de Dehiba, en la frontera con Túnez, recuperado la víspera.

    Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la escalada de violencia en el oeste del país ha interrumpido el flujo de refugiados libios hacia el sur de Túnez. Sólo el miércoles, 3.100 personas salieron del país a través de Dehiba.