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El Pacaya se enfurece y lanza piedras, arena, lava y ceniza en Guatemala



    En actividad constante desde 1965, cuando despertó de un profundo sueño de más de cien años, el volcán Pacaya, el más activo de Centroamérica, se enfureció el jueves y desde entonces se ensaña con el lanzamiento de piedras, arena, lava y ceniza sobre nueve empobrecidas comunidades del sur de Guatemala.

    Sus efectos, sin embargo, se han sentido en un radio de cien kilómetros cuadrados, en donde dejó un mar de arena negra en las carreteras y techos de miles de viviendas, que se convirtió en una mezcla de lodo pastoso debido a la lluvia que también azota al país.

    Ubicado a unos 50 kilómetros al sur de la capital y a 2.552 metros sobre el nivel del mar, el Pacaya ha tenido innumerables erupciones, pero las más fuertes fueron en 1965, cuando despertó después de un siglo, y la última había sido en mayo de 1998, cuando su arena y ceniza llegaron hasta poblados del oriente de Guatemala.