Manos Limpias contra Garzón: cuando la acción popular se vuelve "impopular"
El proceso judicial contra Baltasar Garzón ha puesto en cuestión la figura de la acusación popular, una peculiaridad española sin equivalente en el Derecho europeo tras la que en ocasiones hay intereses dudosos, pero que otras veces, como en el "caso GAL", ha sido el impulso decisivo para hacer Justicia.
Juristas, abogados y políticos consultados por Efe discrepan acerca de la necesidad de limitar o eliminar esta figura, que nació para "democratizar" y equilibrar un proceso en el que el fiscal puede verse influido por los intereses del Gobierno de turno.
Si Garzón va finalmente a sentarse en el banquillo es porque el Tribunal Supremo (TS) permitió al sindicato ultraderechista Manos Limpias ejercer un derecho reconocido en la Constitución, que en su artículo 125 dice que "los ciudadanos podrán ejercer la acción popular (...)" en la forma que la ley determine.