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GM y Chrysler se afanan en convencer que la bancarrota no es solución



    Gráfico GENERAL-MOTORS

    A medida que se acerca la fecha del 31 de marzo, cuando el Departamento del Tesoro decidirá si mantiene su apoyo a General Motors y Chrysler, los dos fabricantes se afanan en convencer al público que la bancarrota no es la solución a sus males.

    Tras proporcionar a las dos automotrices 17.400 millones de dólares para evitar el cierre de sus factorías en Estados Unidos, Washington tiene que decidir si los planes de reestructuración que General Motors (GM) y Chrysler presentaron el pasado 17 de febrero garantizarán su supervivencia.

    Si el Gobierno estadounidense decide que arrojar más dinero a los dos fabricantes es una pérdida de tiempo y, sobre todo, de fondos públicos, hay muchas posibilidades que GM y Chrysler tengan que declararse en bancarrota, suspender los pagos a sus acreedores e intentar que sus activos no sean liquidados.