Los Presupuestos de 2006 incluyeron una partida de 200 millones destinada a subir los salariosEl plan de Defensa era incrementar las pagas un 25 por ciento entre este año y 2008madrid. "Nunca votaría al PSOE, pero Bono ha sido el único que de verdad nos ha subido el sueldo". La frase pertenece a un anónimo sargento primero de Infantería de Marina, aunque no son pocos los que la corroboran en las Fuerzas Armadas. José Bono, ministro de Defensa, dejará su cargo "por razones personales" y se irá con el orgullo propio -y satisfacción de otros- de haber sido el ministro que elevó los salarios a todos los estamentos de los ejércitos. La prueba irrefutable quedó registrada en los últimos presupuestos generales del Estado, cuando se reservaron 200 millones sólo para engordar las nóminas militares y cuando la partida destinada a personal creció un 7,84 por ciento (en los años precedentes no superó el 3 por ciento... excepto en 2002, cuando el final del servicio militar obligatorio exigió un aumento del 5,9 por ciento en los gastos para afrontar a los nuevos soldados profesionales).El plan de Bono consistía en incrementar los salarios un 25 por ciento en tres anualidades (450 millones, en total). Los más beneficiados serían los suboficiales, que han sido los más castigados en anteriores políticas retributivas. Para lograr este objetivo, los Presupuestos globales de Defensa para este año crecieron un 6,09 por ciento, el incremento más elevado de los últimos 10 años. El 70 por ciento de este aumento fue a parar al Capítulo 1, es decir, a los gastos de personal. Bono, que admitió ayer que deseaba irse desde hace medio año, dejó atado y bien atado un adiós en forma de aguinaldo salarial, algo para que que le recuerden en los cuarteles por algo más que por su retórica. No en vano, el Consejo de Ministros dio luz verde al incremento de los salarios el 4 de noviembre de 2005: hace cinco meses, cuando ya había decidido que abandonaría el Ministerio.Otro Consejo de Ministros, el de ayer, sirvió de despedida de Bono. "Hoy, Viernes de Dolores, es el día que llevo a la práctica la creencia de que la vida vale más que la política", proclamó el todavía ministro, quien se hartó de justificar su decisión desde un punto de vista estrictamente personal. Además, reveló que el presidente Rodríguez Zapatero sabía de su determinación desde hace seis meses, "y tiene una carta de dimisión desde hace, por lo menos, tres".Y, en respuesta a los que barruntan que se va por problemas ideológicos, recordó que entró en la política en 1969, "y no me echó la dictadura". Luego encadenó: "A mí las dificultades no me echan" y "a mí no me echa el Estatut" (aunque luego matizara que "no me gusta ni un pelo"). Para terminar, otro mensaje a los que se afilan las garras: "Seré leal con mi partido y con mi Gobierno".