Sólo se puede hacer un buen trabajo si se vibra con él, si se disfruta y se vive plenamenteMlvide que un crédito sólo sirve para pagar algo. BBVA, para evitar que se le escapen los clientes, está concediendo créditos libres de intereses y comisiones. La gratuidad del préstamo tiene fecha de caducidad: debe devolver el dinero en un año, si no le cobrará un 7,5%. También tiene límite: le prestará su sueldo neto en un año, con un tope de 30.000 euros. Con estas condiciones, algunos pueden estar pensando que la promoción del BBVA tiene 'truco'. Pensarán que no tienen capacidad para ahorrar 30.000 euros en doce meses, así que, inevitablemente acabarán pagando intereses.Plantéese las cosas de otra manera. El BBVA le está dando la oportunidad de ganar dinero rápido. ¿A que le apetece ser más listo que su banco? Pues no utilice los 30.000 euros para comprar mientras no tenga la total seguridad de poder devolverlos: inviértalos, usando la cabeza. Basta con que siga unas instrucciones y que firme con el banco que la devolución del dinero la realizará al final del plazo: una vez que pase el año.Riesgo= ceroÉsta es la fórmula mágica que le asegurará el éxito. Para cumplirla basta con seguir metódicamente una serie de instrucciones:1. Olvídese de la bolsa o de cualquier producto que invierta en mercados negociados. Los depósitos a plazo son ideales. Si se salta esta regla, asume el riesgo de que cuando necesite el dinero vea que tiene menos del que pensaba y caiga en la tentación de "esperar a que se recupere". Recuerde que no sólo podría no recuperarse, sino que tendrá que pagar al BBVA un 7,5% por el dinero prestado.2. El plazo. Dispone de 30.000 euros durante doce meses, pero no debe agotar todo el tiempo. Lo importante es que tenga el dinero en cuenta a tiempo para cancelar el crédito y que no le cobren intereses. Como pasarán unos días entre la firma del préstamo y que la inversión sea efectiva, busque productos con un plazo no superior a once meses. Si se olvida de esta condición y el producto no tiene liquidez total, le cobrarán comisiones por cancelación anticipada o de reembolso, en el caso de los fondos, y ganará menos dinero.Sin miedo a llegar tardeSi es de esas personas que se ponen nerviosas porque le da miedo que se le eche el tiempo encima y prefiere tener el dinero en cuenta con cierto margen, puede contratar productos a un plazo inferior, obteniendo una rentabilidad parecida (véase gráfico).3. El producto. Puede buscar otros, pero El Economista le sugiere tres (véase gráfico). Para rentabilizar la inversión lo más útil es una cuenta remunerada, como la de ING Direct. Si no le importa ganar algo menos, no tiene ni que cambiar de banco. Puede contratar un depósito en el propio BBVA.3. El producto. Puede buscar otros, pero El Economista le sugiere tres (véase gráfico). Para rentabilizar la inversión lo más útil es una cuenta remunerada, como la de ING Direct. Si no le importa ganar erada, como la de ING Direct. Si no le importa ganar algo menos, no tiene ni que cambiar de banco. Puede contratar un depósito en el propio BBVA.Dedicar la vida profesional a un mundo como el de la publicidad y mantenerse en la cresta de la ola durante 35 años tiene bastante mérito. "El sector de la publicidad es un sector duro. Los éxitos son efímeros. Por ello estoy agradecido a esta profesión, que me enseñó que, cuando estás en la parte inferior de la curva sinusoide, nunca debes tirar la toalla. Y ésta es una de las mejores lecciones que he aprendido en la vida", asegura Stanley Bendelac en unas apasionadas memorias profesionales que acaba de publicar con título directo: Nunca tires la toalla.La pasión, no la inercia. Es el hilo conductor de una selección de historias y anécdotas en la que queda claro que una trayectoria profesional es todo menos algo coherente. Bendelac entró en el mundo de la publicidad "por casualidad". Y, tras andar los primeros pasos, llegó a la conclusión que ese mundo no era para él.Desde esa convicción hasta su jubilación, la gasolina ha sido la ilusión. "Disfrutar trabajando. No creo que se pueda hacer un buen trabajo sin vibrar, sin disfrutar y sin vivirlo plenamente", dice. Una ilusión que le llevó a crear Delvico, en 1970, y convertirla en la primera del sector algunos años más tarde.Muchas de las lecciones de management que Bendelac recoge en este libro son tópicos. Por ejemplo, que hay que tener visión para reconocer una oportunidad (la que se esconde detrás de un problema o la que se crea al posicionarse a la contra del mercado); que el liderazgo se basa en la autenticidad (ser auténtico vende) y en la lealtad ("cuando se crean lealtades, siempre estarán ahí. Y siempre estarán a tu favor. Aunque pase el tiempo"); o que la brillantez de una idea nunca debe ganar la partida al análisis riguroso de los pros y de los contras.Las lecciones más interesantes son, sin duda, las que se refieren a sus relaciones con los profesionales de su empresa ("rodéate siempre de mejores personas que tú") y con sus clientes ("aprende a querer a los clientes"). Para Bendelac, mezclar negocios con afectos no es algo peligroso. "Cuando una relación de afecto se instala entre dos organizaciones, cuando el corazón enriquece la razón, el valor añadido pasa a un nivel superior".Como buen publicista, experto en vender intangibles, Bendelac recomienda hacer caso de las emociones: "cuando estás en un momento en que te la juegas y tu razón no sabe aconsejarte, deja que tu intuición funcione".También hay consejos de "perro viejo". Como "no dejes las decisiones diciles para el último momento" o aprender a huir de las "patatas calientes" de otros y de las que uno suele salir mal parado. "A veces aceptamos, en ocasiones por buena voluntad y en otras por exceso de autoconfianza, intentar resolver problemas que no son nuestros. Y eso en el mundo de la empresa no funciona. Nunca hay que aceptar una patata caliente de otro. Nunca hay que aceptar un papel que no nos corresponde porque si es así nuestra capacidad de resolverlo siempre está mermada".Y ganar dinero? Eso es de cajón, concluye Bendelac.