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El independentismo insiste en repetir sus errores

  • Los políticos secesionistas insisten en mantener la ensoñación
<i>Bancada soberanista en el Parlament catalán. Foto: EFE</i>

Víctor Arribas

Los catalanes que anhelan el independentismo comienzan a ver claramente de qué va ahora la cosa. Si se repiten las elecciones, circunstancia cada vez más cercana, volverán sin duda a apoyar a los partidos que han provocado esta situación de quiebra institucional y bloqueo político. Los resultados no diferirían mucho de los cosechados el día 21 de diciembre pasado. Pero muchos de esos votantes y simpatizantes de la Cataluña independiente saben ya de qué clase son los dirigentes que han conducido a esta comunidad autónoma rica y próspera a convertirse en un riesgo para cualquier inversión y en un antipático vecino empeñado en complicar la vida del conjunto de los españoles.

Lo más estupefaciente de este golpe a la legalidad, contrarrestado con los instrumentos legales, democráticos y constitucionales que un estado de Derecho tiene para evitarlo, no es la displicencia con la que se cometió allá por los meses de septiembre y octubre, que tan lejanos nos parecen ahora. Lo más alucinante no es el resultado electoral de diciembre, ni siquiera la peripecia burlesca de los fugados, autoconvertidos en mártires en un exilio que no se creen ni sus propias familias. Lo sarcástico, inenarrable e insólito de todo lo que estamos viviendo es que aquellos que han provocado con su deslealtad y sus delitos los hechos por todos conocidos, insistan en mantener la ensoñación y en hacer creer a la masa social de su región que no han variado ni un milímetro el rumbo hacia la república catalana.

Como la Justicia no tiene siglas ni colores, y no administra sus movimientos en función de conveniencias, todo lo que estos días sigue ocurriendo tendrá cumplida y puntual respuesta en los tribunales antes o después. Pasará lo mismo que cuando alguien garabateó en una libreta con tapa de hule todos los detalles de la manifiesta ilegalidad que se había diseñado: que esa agenda ha sido el hilo del que los jueces han tirado para desenmascarar a todos los responsables del desafío, que van a ser juzgados en el Tribunal Supremo.

El documento que Junts Per Catalunya y Esquerra Republicana han remitido al verdadero timón del procés, la CUP, para que el próximo lunes apoyen al candidato soberanista que no estará presente en el hemiciclo del Parlament, será a buen seguro escrutado por fiscales y jueces y traerá consecuencias. Como lo han hecho las leyes de desconexión y el famoso documento Enfocats, la Piedra Rosetta de lo ocurrido en Cataluña en los días aciagos en que se confundió a cientos de miles de personas haciéndoles creer que se podría declarar una república y que un Estado se quedaría de brazos cruzados observando pasivamente la jugada.

La multiconsulta con la que disfrazan un nuevo referéndum, las instituciones en el exilio con las que quieren compensar a Puigdemont en su retiro de Waterloo, la Constitución de la república cuyo proyecto de redacción aluden, y todo ello marcado por un imaginario proceso constituyente. Todo ello para convencer a cuatro diputados antisistema.