Estreno de un gobierno atípico
- Macron ha formado un gabinete en equilibrio y excluyendo los extremismos
Marcos Suárez Sipmann
El presidente francés, Emmanuel Macron, dio a conocer su Gobierno con un día de retraso. Hubo una razón fundamental: comprobar que todos los potenciales integrantes del equipo eran personas irreprochables. La situación fiscal de cada uno de los aspirantes, así como la existencia de eventuales conflictos de intereses, fueron minuciosamente verificados.
Macron impone nuevas normas de ética política. Pretende evitar a toda costa que la conducta de un miembro de su Gobierno pudiera confirmar las acusaciones generalizadoras del Frente Nacional o Francia Insumisa, cuyos líderes no se cansan de denunciar la corrupción de todos "los de arriba". Con que la conducta de un solo colaborador de Macron les diera la razón se vendría abajo su compromiso de renovación.
El Ejecutivo que se propone reactivar la maltrecha economía y recomponer la vida política está constituido por muchas caras conocidas. Si se hubiera enseñado una foto del gabinete hace tres años a un francés interesado en política, habría sabido identificar sin problema a los titulares de las carteras más significativas. Aunque en los casos del presidente y primer ministro habría preguntado quiénes eran esos dos jóvenes.
Macron ha buscado el equilibrio. El Gobierno encabezado por Édouard Philippe, 46 años, de la derecha moderada, es una combinación de personalidades que provienen de la izquierda, la derecha, el centro y la sociedad civil. La renovación política va más allá del partidismo de la V República y excluye de forma tajante los extremismos.
El gabinete cuya edad media es de 54,5 años respeta la paridad de género, si bien es cierto que las carteras esenciales están en manos de hombres. Tampoco ha creado el Ministerio de 'Derechos de la Mujer' prometido en campaña.
El estratégico puesto al frente de Interior ha sido confiado al alcalde de Lyon, Gérard Collomb, de 69 años, el primer socialista relevante en apoyar la candidatura de Macron. Deberá enfrentarse al desafío del terrorismo yihadista. Ocupará el segundo lugar, tras el primer ministro, en el orden protocolario.
Otro socialista, Jean-Yves Le Drian, 69 años, está a cargo del Ministerio de Europa y Relaciones Exteriores. La nueva designación de la cancillería refleja la marcada vocación europeísta de Macron. Es un puesto clave para la ansiada refundación de la Unión Europea.
De la derecha proceden, además de Philippe, los titulares de Economía, Bruno Le Maire, 48 años, y el responsable de Cuentas Públicas, Gérald Darmanin, con 38 años. el más joven del flamante Ejecutivo.
Del centro viene el ministro de Justicia, el experimentado François Bayrou, 65 años, quien con la renuncia a su propio movimiento ofreció su apoyo explícito a Macron. Le acompañan las eurodiputadas Sylvie Goulard (FFAA) y Marielle de Sarnez, (Asuntos Europeos), considerada el brazo derecho de Bayrou. Goulard, políglota que habla inglés, alemán e italiano, tendrá la difícil responsabilidad de acelerar el ritmo para poner en práctica la defensa común eu- ropea.
Nicolas Hulot, 62 años, es el ministro de la transición ecológica. Los antecesores de Macron habían intentado sin éxito incorporarlo a sus equipos. Y numerosas personalidades de la sociedad civil se han sumado al proyecto de ¡En Marcha!
Junto al compromiso ético y de renovación política, destaca el ánimo de refundar la UE. La visita del mandatario a Berlín tan solo un día después de su toma de posesión evidencian la mano tendida a Alemania. Macron es el cuarto presidente galo con el que tiene que ver Angela Merkel. Macron sabe cuáles son las líneas rojas, por ejemplo todo aquello que pueda sonar a ayudar a Francia con dinero. Pese a que algunos afirmaron que "quiere eurobonos", algo que nunca dijo y le tildaron de "fantasioso", Macron percibe el potencial de cooperación. La canciller, pragmática, no desea impartir "lecciones". Ambos son conscientes de la importancia del eje franco-alemán. Este lunes, Le Maire se reune en Berlín con el titular germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, para discutir cómo impulsar esa integración.
Con su cercanía a Merkel, Macron asume un riesgo. Para las parlamentarias del 11 y 18 de junio, los gestos de solidaridad de Berlín pueden resultar productivos. Y peligrosos. Sería tentador criticar al país vecino, exigir dinero eu- ropeo y alemán. Pero París sabe que necesita a sus socios en el bloque. Y también Berlín es consciente de que solo se puede avanzar en conjunto. En tiempos del Brexit, muchos han despertado para oponerse al nacionalismo.
Macron ha formado un gabinete diferente y novedoso, respetando la paridad entre hombres y mujeres, política y sociedad civil. Asimismo hay un equilibrio entre las diferentes tendencias. Su prioridad inmediata, alcanzar una mayoría en las legislativas para aplicar el programa de reformas.