Firmas

Ana Patricia Botín y los lobos

    Ana Patricia Botín. <i>Foto: Reuters</i>.


    Ana Patricia Botín parece haberse hecho con las riendas del Santander dos años y medio después de su llegada a la Presidencia. No ha sido fácil. Ha tenido momentos muy complicados, en los que ha trastabillado y parecía que no lo iba a conseguir. Como muestra un botón: heredó una entidad que valía en bolsa 91.200 millones; un año y medio después, valía menos de la mitad. Ahora se ha recuperado y la acción sube.

    ¿Qué ocurrió para que se produjese este hundimiento? ¿Fue ella la responsable por dar la vuelta al banco como un calcetín o fue su padre quien dejó una herencia envenenada? ¿Qué ocurrió la noche que murió Emilio Botin? ¿Por qué eran tan malas las relaciones entre padre e hija?

    A estas y otras tantas preguntas responde Ana Samboal en su magnífico libro Ana Botín, nacida para triunfar. Como buena periodista, ni adjetiva ni opina, proporciona datos, ofrece diferentes versiones y busca buenas fuentes para que sea el lector quien saque conclusiones. No es una hagiografía, pero tampoco calla nada.

    Nada más lejos del ánimo de la autora que despellejar a la que probablemente sea la mujer más poderosa de España y una de las más influyentes del mundo. Pero pone el dedo en la llaga cuando cree que tiene que hacerlo, como es su obligación. Con este relato conocemos mejor a la banquera que está llamada a cambiar y sanear definitivamente el sistema financiero español.

    En realidad, el libro es un gran reportaje, una fotografía de las élites españolas del inicio del siglo XXI. No se habla de casta o tramas, pero sí de la necesidad que tiene el capitalismo español de adaptarse a los nuevos tiempos. Buen ejemplo es que Emilio Botín murió con casi 80 años y pretendía que le renovasen otros tres más... Otro aspecto que chirría es que los grandes bancos se han gestionado como fincas. Los colaboradores de la presidenta aseguran que no queda ya ni rastro de la gestión familiar, que el Santander se dirige como cualquier multinacional. No es esa la percepción que tiene el mercado. El Financial Times tituló cuando Ana Botín fue nombrada presidenta: "Todo queda en familia". Como en la película de Carlos Saura Ana y los lobos (1972), a esta banquera le tocó cambiar las cosas en un mundo de hombres feroces.