Firmas
¿Habría ganado Trump? Así hubieran sido las elecciones de EEUU con nuestro sistema electoral
- Trump ganaría, pero no se haría con la Presidencia de EEUU
- No sólo republicanos y demócratas tendrían representación
Borja Ventura
Uno de los mayores pasatiempos de la resaca electoral es comprobar cuánta responsabilidad tiene el sistema electoral en el resultado final, y el caso de EEUU no iba a ser distinto. Las reglas del juego, como es obvio, condicionan el resultado, pero también la campaña, los mensajes y la elección de 'tickets' electorales en función de variables diversas. Pero ciñámonos a los resultados. Especial | Elecciones en EEUU.
Dentro de esa simulación de resultados con nuestro sistema d'Hont lo primero que destacaría es que Trump hubiera ganado, aunque por la mínima y sin capacidad de gobernar por sí solo. Lo segundo es que tendría que pactar, pero no necesariamente con su principal rival, porque otras dos candidaturas conseguirían representación.
Pero vayamos paso a paso: ¿cómo es el sistema electoral estadounidense? El territorio está dividido en Estados que, según su población, tienen un número mayor o menor de lo que se llama 'votos electorales' y que suman un total de 538, de forma que el ganador necesita al menos 270 para alcanzar la presidencia.
Así han sido los resultados de las elecciones de EEUU:
Esto es muy fácil traducirlo a nuestro sistema de circunscripciones (serían provincias en lugar de Estados), porque lo demás es mera cuestión de cifras (nosotros usamos 350 diputados, con una mayoría absoluta de 176). Hay, sin embargo, una gran diferencia: en nuestro sistema elegimos representantes que ocupan escaños en el Congreso, mientras que en EEUU la elección al Congreso va por otro lado y aquí sólo se suman los puntos de cada Estado.
La gran diferencia, y es donde interviene la simulación, es que en EEUU -y salvo dos excepciones- quien gana el Estado gana todos sus puntos. Es decir, aunque la victoria sea por apenas unas décimas, el ganador se lleva todos esos 'votos electorales' y el segundo candidato ninguno. Y aquí es donde la simulación cobraría sentido.
Estos serían los principales cambios de la simulación:
Trump gana, pero no logra la presidencia
El resultado Estado a Estado ha sido tan ajustado que ambos candidatos casi empatarían: el republicano conseguiría 268 votos (por los 290 actuales, a falta de asignar los últimos Estados más apretados) por los 267 de Hillary Clinton (que ha conseguido 228, a falta de terminar el escrutinio).
Bipartidismo aplastante, pero no único
Eso lleva al segundo punto: además de republicanos y demócratas, otras dos candidaturas lograrían representación. Gary Johnson, candidato del Partido Libertario que fuera gobernador de Nuevo México por los republicanos, sumaría dos 'escaños', uno por California y otro por Texas, mientras que Evan McMullin, un ultraconservador salido de los servicios de espionaje, sumaría otro por Utah.
Estos tres escaños serían imprescindibles para elegir a un presidente que sería previsiblemente Donald Trump, por la mayor afinidad ideológica con Johnson y McMullin. Eso sí, en la lógica de un gobierno sostenido por un Congreso elegido de esta forma, el presidente sería preso de sus pactos, como va a pasar ahora en España.
Muchos Estados empatados
Con el sistema electoral de EEUU en la mano hay poco hueco para los vuelcos. La gran mayoría de los Estados votan siempre lo mismo, y apenas un puñado de ellos bascula entre un partido u otro en función de los candidatos. A veces sucede que hay Estados que dan la sorpresa (como ha pasado con el 'rust belt' del noreste que ha dado la victoria a Trump), pero siempre son un número limitado de Estados comparados con el total.
Con esta simulación el resultado sería muy distinto: hasta en nueve territorios los dos grandes candidatos se repartirían equitativamente sus 'votos electorales', lo que implica que habría un empate de facto. Sería el caso de Nevada, Minnesota, Iowa, Wisconsin, Michigan, Maine, New Hampshire, Pennsylvania y Rhode Island: nueve Estados donde pasaría a centrarse gran parte de la campaña electoral.
Así sería el nuevo mapa electoral de EEUU:
Hay, además, algunas curiosidades que surgen como consecuencia de esta simulación electoral:
Oklahoma y las dos Américas
En estas elecciones sólo ha habido un Estado monocromo, que ha sido Oklahoma. La victoria de Trump ahí ha sido inapelable en todos sus condados, como suele ser tradicional, siempre del lado republicano.
Por su parte, dos Estados reflejarían la idea de mayor diferencia de voto en EEUU. Por una parte Wyoming y por otra el Distrito de Columbia, que en ambos casos darían todos sus 'votos electorales' (tres, respectivamente) a una sola candidatura (a Trump el primero, a Clinton el segundo).
Ohio seguiría siendo fiable
Hay un viejo axioma electoral en EEUU, que es que es Ohio el que elige al presidente. No es que sus votos sean decisivos, sino que por la composición de población que tiene ya van muchas elecciones que el candidato que gana en Ohio gana finalmente los comicios.
En este caso, a pesar del cambio de sistema electoral, la cosa seguiría igual: diez de sus 'votos electorales' irían para Trump, mientras que ocho serían para Clinton.