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El club Tesla o los progres que se preocupan por el futuro del planeta

  • Ha creado expectativas generando una imagen de marca 'progresista'

Nervis Gerardo Villalobos

En poco más de un mes dos vehículos Tesla de conducción autónoma han sufrido dos accidentes, el primero de ellos con consecuencias fatales para el propietario del vehículo que viajaba de copiloto del "inexistente" conductor; en el segundo, con lesiones de dos ocupantes. Como es natural, estos hechos han producido alarma y sembrado dudas.

Tesla Motors y en particular la personalidad de su creador Elon Musk, un emprendedor donde los haya, creador de Paypal, han generado de un tiempo a esta parte una notable atención.

La idea de poner en el mercado un vehículo totalmente eléctrico, el Tesla Model 3, a un precio asequible, 31.000 dólares aproximadamente, ha conmocionado el mercado norteamericano. En la primera semana tras dicho anuncio se produjeron más de 300.000 reservas.

Por otra parte, las expectativas son también importantes en Europa, aunque no llegará hasta el año 2018. Ya comienzan a aparecer noticias en los medios de interés en diversas zonas del territorio español para captar la instalación de la fábrica Tesla en España, pese al relativo interés que el coche eléctrico ha despertado hasta el momento en nuestro país.

Pero de lo que aquí queremos hablar es de la inusitada atracción que a nivel popular está generando este proyecto. Aunque su gestión y finanzas despiertan algunos recelos en algunos sectores, el creador de Tesla ha sabido transmitir su arrolladora personalidad a la difusión de su nuevo producto. Ha tenido la habilidad de "tocar la fibra" de un amplio sector de los consumidores norteamericanos preocupados por la sostenibilidad.

Tal vez sean los mismos que han hecho del Toyota híbrido uno de los vehículos más prestigiosos y solicitados por ese importante segmento de consumidores. En el caso del Tesla, un vehículo totalmente eléctrico, de precio moderado, se ha convertido en un importante reclamo para el cliente no sólo preocupado por el medio ambiente sino también, en especial en Europa, harto de unos precios abusivos de los combustibles y, para algunos de ellos, de sus consecuencias a nivel ambiental.

Pero tal vez eso no sería suficiente. Elon Musk, según se dice, es un genio del marketing, y lo está demostrando con su nuevo producto. Las presentaciones del nuevo vehículo tienen un auténtico toque hollywoodiense, y a través de estas y otras actuaciones ha conseguido que un buen número de hipotéticos clientes hayan quedado fascinados. No solo por el aspecto del vehículo sino por lo que está detrás de él: la posibilidad de pertenecer al club de quienes se muestran preocupados por el futuro de nuestro planeta y por el medio en el que sus vidas se desenvuelven.

Ha creado unas enormes expectativas generando una imagen de marca "progresista" muy distinta de las clásicas del mercado de automoción norteamericano. Por cierto, determinadas campañas interesadas por parte de ese mercado que señalaban las debilidades del proyecto Tesla han resultado a la larga más beneficiosas que perjudiciales para el proyecto de Musk.

El creador de Tesla ha sabido jugar sus cartas para lograr que un buen número de personas tengan la percepción de que otro futuro es posible, de que es factible abandonar los caminos trillados del consumo. Y todo ello con un vehículo cuya apariencia y proceso de fabricación no difiere apenas de los demás, pero que aparece como algo totalmente distinto. Y al parecer los consumidores así lo han entendido.