Emprendedores, empresas e innovación
Carlos Mira
En los últimos años, la imagen del emprendedor y de la innovación parecen estar ligadas, casi en exclusiva, a las startups, y posiblemente muy pocos asociarían los conceptos de innovación y emprendimiento con el de gran empresa. Pero en realidad, solo un porcentaje relativamente pequeño de las innovaciones que llegan al mercado tienen su origen en una startup.
Google facturó 75.000 millones de dólares en 2015 y Apple, con una facturación de 76.000 millones en el último trimestre del mismo año, son el mejor ejemplo de grandes empresas que empezaron como startups y siguen siendo campeones de innovación.
Apple y Google existen como las conocemos hoy en día gracias a proveedores de servicios de telecomunicaciones como AT&T, Vodafone o Telefónica que construyen sus redes con productos desarrollados por fabricantes como Cisco, Huawei o Nokia.
El sector de las telecomunicaciones es quizá el sector donde los ciclos de innovación son más cortos (5-10 años) y en el que los principales actores son grandes compañías con facturaciones de decenas de miles de millones y con decenas de miles de empleados. En el ranking de Forbes de las empresas más innovadoras del mundo en 2015, entre las 25 primeras sólo hay 3 que facturaron menos de 1.000 millones.
¿Cómo consiguen innovar empresas tan grandes? La tecnología, el I+D y la innovación están en el corazón de su estrategia. La creación de nuevos productos y servicios se confía a auténticos emprendedores que desarrollan su proyecto buscando el mejor talento sin importar dónde se encuentre. Aunque una startup consiga desarrollar con éxito una tecnología o un producto innovador, la mayoría fracasan al intentar crecer. Casi siempre se atribuye el fracaso a la falta de dinero.
Pero el gran reto de las pocas startups que consiguen llegar a la fase de crecimiento es que el talento necesario para innovar, generalmente el de los fundadores, no es el mismo que se necesita para hacer crecer una empresa. La enorme ventaja de las empresas grandes es que pueden movilizar el talento, las capacidades y las competencias necesarias en cada etapa de desarrollo de la tecnología o del producto, y que tienen mucha más facilidad para acceder a mercados y clientes.
Sin embargo, no todo son ventajas para las empresas grandes, deben afrontar la enorme dificultad que supone realizar cambios en organizaciones grandes venciendo las resistencias internas, y el gran reto de introducir o adaptarse a cambios radicales o disruptivos basados en nuevas tecnologías o modelos de negocio y enfrentarse a perder los ingresos y los márgenes actuales y reconvertir o desprenderse de lo que ha dejado de ser eficiente o competitivo.
En este contexto, existe una gran oportunidad para aquellas empresas que tienen las capacidades y competencias que las startups y empresas de menor tamaño no poseen. Gozan, además, de la flexibilidad y proximidad al cliente y al negocio sin los condicionantes que lastran a las empresas muy grandes. Estas empresas se caracterizan en los EEUU, como el middle market (con facturaciones entre 50 y 1000 millones de dólares, según Investopedia) o como el upper Mittelstand en Alemania (con facturaciones entre 50 y 1000 millones de euros).
Las barreras de entrada que permitían el acceso a muchas tecnologías, sistemas y mejores prácticas sólo a las empresas muy grandes, han desaparecido o se han reducido mucho en los últimos años. En España el middle market lo componen unas 4.000 empresas. Estas empresas tendrán en los próximos años una oportunidad única si saben anticipar las grandes tendencias y transformaciones que están cambiando profundamente mercados y sectores a escala global.
Ayudar a estas empresas a detectar las oportunidades y aprovecharlas para llevar a cabo un crecimiento sostenible es el objetivo principal de Cre100do. El mundo está cambiando muy deprisa y lo que hasta ahora ha funcionado bien, es muy probable que no funcione mañana.
Se necesitan CEO emprendedores, capaces de articular un proyecto de empresa con una visión y aspiración compartidas, que esté apoyado por una propiedad y órganos de gobierno comprometidos con su ejecución y que ilusione a directivos, empleados y ecosistema. Aquellas empresas de nuestro middle market que sean plenamente conscientes de estas transformaciones y las afronten con un espíritu abierto y emprendedor, tendrán ya dado un gran paso para su éxito futuro.