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Una estrategia país basada en la calidad

  • La calidad más allá de la norma y la certificación dará respuesta al futuro

Marta Villanueva

Decía E. Deming que "estamos aquí para cambiar el mundo". La calidad es exactamente eso, mejora e innovación, compromiso con el cambio. Lo que comenzó como una crisis financiera se ha transformado en un cambio de paradigma de dimensión global. En el Día Mundial de la Calidad 2015, más de 500 directivos españoles analizaron el rol de la calidad en este nuevo escenario. La calidad volvió a demostrar que es un factor clave en el desarrollo de las estrategias empresariales que deben dar respuesta a los retos que el nuevo paradigma económico plantea.

España y su economía, duramente golpeada por la crisis, se juegan en los próximos años su posicionamiento en el mapa económico mundial. El cambio de paradigma requiere profundas transformaciones y no podemos, por tanto, caer en la autocomplacencia, en el posibilismo o, desde luego, en las utopías. Es momento de compromiso, liderazgo y trabajo duro. La calidad, que ya ha sido responsable en otras ocasiones de la transformación con éxito del modelo productivo de un país, debe ser protagonista, desde una visión de Estado y con un compromiso efectivo por parte del Gobierno, de la metamorfosis necesaria de nuestra economía. Es el momento de un compromiso país, de la construcción en común de una economía competitiva y es desde la perspectiva de la calidad desde donde debe abordarse. La calidad debe ser una prioridad del futuro Gobierno. Y es que la recuperación económica no será posible sin una estrategia país enfocada hacia la calidad.

La visión tradicional de la calidad ha dado paso a una disciplina que se sitúa en el centro de la estrategia de cualquier compañía competitiva, perdurable y sostenible. Alta competencia, globalización, internacionalización, tecnología, cambio social, nuevos modelos organizativos o innovación disruptiva son algunos de los vectores de transformación que retan a las empresas en este nuevo escenario y ponen en riesgo su sostenibilidad y competitividad. Por eso, la calidad, entendida y vivida más allá de la norma y de la certificación, tiene la capacidad de dar respuesta a cada uno de estos retos.

Nuestro compromiso, como Asociación Española para la Calidad, es impulsar la calidad en nuestro país. Por ello, hemos creado la 'Comunidad AEC Calidad', una iniciativa focalizada en ofrecer, desde la calidad, respuesta a los retos y necesidades de la alta dirección de las empresas y a los líderes del país. Es una comunidad de conocimiento, que analizará las herramientas y modelos idóneos para llevar a las organizaciones una calidad renovada capaz de dar una respuesta adecuada a los desafíos que el nuevo paradigma económico y social requiere. Es un proyecto con el llevaremos al mundo empresarial, a los responsables públicos y a la sociedad en general la necesidad incuestionable de hacer de la calidad una parte consustancial de lo que somos y, sobre todo, de lo que hacemos.

La calidad, como eje de su modelo productivo, es esencial para que un país sea considerado moderno y competitivo, y para que su economía sea sostenible, sólida, responsable, eficaz, eficiente y comprometida. Debemos seguir llevando la calidad al interior de las empresas y organizaciones con el convencimiento de su valor y, desde luego, llevarla a la mente de los clientes para comprender, como sociedad, todo su potencial como herramienta privilegiada para mejorar la vida de los ciudadanos.

El gobierno que asuma la responsabilidad de gestionar nuestro país debería recuperar, de manera urgente y previa, un modelo de contratación pública que no prime de manera exclusiva el precio frente a otros factores como la calidad. Esta modificación dejaría de dañar nuestro ecosistema económico que, con la actual legislación, penaliza a las compañías que aseguran el cumplimiento de los requisitos, mejoran, innovan y crean y mantienen el empleo. La calidad nunca es un sobrecoste. La calidad es diferenciación, es marca, es Experiencia de Cliente, es innovación, es responsabilidad social, es medio ambiente, es nuevos modelos organizativos, es competitividad, sostenibilidad y compromiso con el país y sus ciudadanos. La calidad es el camino y, de ahí, nuestro compromiso y disposición a colaborar con el Gobierno y el resto de instituciones en su desarrollo y despliegue. Los tiempos de transformación que estamos viviendo nos requieren, a todos, mucho más que la correcta ejecución de nuestros roles. Hoy los retos son muchos y, por tanto, debemos poner más energía, más ilusión y más determinación en nuestras responsabilidades. Es la lógica de la calidad, no detenernos nunca.