Pymes que han sobrevivido a la crisis: ¿están posicionadas para crecer?
- Los obstáculos: Financiación, burocracia y falta de unidad de mercado
Lucio A. Muñoz
Adaptando un concepto propio de la psicología humana al entorno empresarial, podemos denominar como 'pyme resiliente' a aquella pequeña y mediana empresa que sale fortalecida tras sobrevivir a un largo periodo de incertidumbre económico financiera.
En España, aunque aún no hemos dejado atrás la crisis -se mantiene la altísima tasa de paro y la mortandad empresarial-, existen pymes resilientes que han sobrevivido a estos últimos 9 años. Actualmente, las mismas podrían encontrarse posicionadas para afrontar un crecimiento sostenido, siempre que la recuperación se consolide para que las ventas se incrementen.
Y aunque la mayoría de estas supervivientes se ha internacionalizado, hay muchas que han soportado la crisis facturando solo en el mercado nacional, manteniéndose a flote mediante malabarismos financieros y reducciones de plantilla para paliar la caída del consumo.
Pero tanto unas como otras han reducido la deuda y los costes, potenciando así la competitividad. Y todo ello sin apenas financiación y operando en un entorno fiscal y regulatorio asfixiante.
Obstáculos para crecer
Sin embargo, las pequeñas empresas se encuentran con numerosos obstáculos que les impiden crecer, por lo que muchos emprendedores prefieren reinventar y adaptar su modelo de negocio a una estructura estándar, no asumiendo ningún proceso de crecimiento que conlleve diseñar un arriesgado plan de viabilidad financiero.
En este sentido, la excesiva dependencia que tienen las pymes de la financiación bancaria supone una barrera para el crecimiento, aunque afortunadamente existen otras vías para financiarse: capital riesgo, business angels, crowdfunding...
Además, otra gran traba que impide crecer a las pymes procede de nuestra legislación, que penaliza, por ejemplo, a las pymes que exceden de 50 trabajadores (y se convierten en medianas), obligándolas a asumir más costes fiscales, contables, sindicales, burocráticos, etc.
Aunque, sin duda, el mayor hándicap que tienen las empresas españolas, no solo para crecer sino evidentemente también para crear empleo, son 17 comunidades autónomas que han destruido totalmente la unidad de mercado y la libertad económica en nuestro país.
Aún así, muchas pymes españolas en los próximos años darán un salto tanto cuantitativo como cualitativo que les permitirá aumentar sus estructuras y ganar competitividad a través de la internacionalización, la innovación, la financiación sostenible, el talento, la profesionalización en la gestión de todas las áreas de negocio...
Máxime, tanto en cuanto las entidades financieras españolas están adoptando una estrategia de crecimiento interno basada en captar a aquellas pymes que ofrezcan un proyecto viable para poder financiarlo. No obstante, aunque las pymes de alto potencial pueden aprovechar esta oportunidad para obtener mejores condiciones crediticias, en ningún caso deben lanzarse a la aventura de la financiación si no existe un plan de crecimiento ganador que evite repetir los errores de antes de la crisis.
¿País de pymes?
Pero de todas formas, España seguirá siendo un país de pymes y, en relación a ello, muchos empresarios, aún siendo conscientes de que las grandes empresas crean más empleo, son más productivas, pagan mejores salarios, ofrecen mejores condiciones laborales, etc., prefieren seguir gobernando las pequeñas empresas que fundaron pero sin perder el control accionarial y gerencial sobre las mismas.
No olvidemos que los emprendedores suelen crear empresas a su imagen y semejanza, es decir, dotadas de un modelo de negocio, una cultura corporativa y una estrategia empresarial que vayan en la misma dirección que sus valores personales, filosofía de vida, objetivos profesionales, etc. Y el proceso de crecimiento de una empresa no es fácil controlarlo, de hecho y en muchos casos, el fundador acaba siendo expulsado de su propia empresa mientras esta crece.