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Los gestores administrativos: la perenne transformación

  • El reto de los gestores es dar el salto internacional y redefinir su marca

Fernando J. Santiago Ollero Presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España

Los cambios de modelo que emergen tras crisis profundas como la vivida en nuestro país trascienden lo económico y alumbran nuevas oportunidades en el camino hacia la recuperación y la competitividad. Las empresas deben observar, vigilar y adaptarse a esas convulsiones políticas, económicas, sociales y tecnológicas. Unos cambios que implican, a su vez, otros en las formas tradicionales de liderazgo empresarial, en la cultura de las organizaciones y en la manera en la que ciudadanos, autónomos y empresas ejercen la ineludible, y en ocasiones enmarañada, tarea de entablar relaciones con las Administraciones Públicas.

En el seno de esta relación público-privada, el cometido conquistado por los gestores administrativos ha sido actuar como correa de transmisión e intermediación entre particulares, empresas y organismos públicos.

Del mismo modo que ellos, los gestores administrativos hemos emprendido el ejercicio de redefinir nuestro rol. Más que un reto, un desafío o una oportunidad, en nuestro caso se trata de una obligación de adaptación permanente. Es, por esto, que el Ilustre Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid (Icogam) es el anfitrión del VII Congreso Nacional de Gestores Administrativos. La gran cita de la profesión de la GA, que contará con la asistencia y participación de más de trescientos profesionales y cuarenta ponentes del ámbito empresarial, político y de la sociedad civil, para abordar los desafíos de una profesión en permanente proceso de evolución y adaptación, en un contexto dinámico y cambiante como el actual.

El prólogo de este renovado profesional ya ha comenzado a escribirse. El bagaje de los gestores administrativos responde a los dictados de una mayor profesionalización y adaptación a las vicisitudes de la coyuntura en la que desempeñan su actividad. Como respuesta a estos imperativos, una de las apuestas emprendidas a través de la labor de los colegios profesionales es la integración y adaptación de las nuevas tecnologías a la tarea de facilitar los trámites administrativos a particulares y empresas. Este progreso permite una gestión más simple y ágil, más cercana al ciudadano, más útil y de mayor calidad. La adopción de la tramitación electrónica llega en un momento crucial, en el que las Administraciones Públicas a todos los niveles han aunado esfuerzos por desarrollar la tramitación telemática y la e-Administración bajo la batuta de la Agenda Digital Europea.

Pero esta obligación de modernización y especialización responde, sobre todo, al empeño incesante de llevar la profesión hacia los niveles más elevados de excelencia, en un momento en el que la gestión de los intangibles suma una relevancia capital en la reputación de las organizaciones, siendo el reconocimiento una ventaja competitiva en un entorno cada vez más competitivo.

Hoy, más que nunca, nuestra necesaria proyección pasa por seguir situándonos en la vanguardia. El reto es doble: por una parte, acometer el salto internacional de nuestra profesión como siguiente paso natural para consolidar la figura del gestor administrativo como facilitador de las relaciones entre particulares y Administraciones Públicas. Se trata de generar referentes supranacionales de nuestra profesión para fomentar la especialización y promover la movilidad de nuestros profesionales. Por otra parte, es preciso redefinir nuestra marca profesional, aquello que queremos ser y cómo queremos ser vistos. El objetivo debe ser alcanzar una diferenciación que dote de mayor valor a nuestra profesión. Es un paso valiente, pero que permitirá a los gestores administrativos escribir el siguiente capítulo de su historia. Es el momento.