Firmas
De las pancartas a los despachos
Daniel Ureña
Los resultados del domingo van a tener un gran impacto en las estrategias de los partidos de cara a las elecciones generales de finales de este año. No obstante, y a la espera de que ahora se abra el turno de las negociaciones entre partidos que permitirán conocer la composición de los ayuntamientos y de los gobiernos autonómicos, la jornada electoral nos deja una serie de claves que marcarán la agenda política en los próximos meses.
El Partido Popular gana las elecciones con un 27% de los votos (dos puntos por encima del PSOE), pero sufre un duro castigo. El PP sufre un serio varapalo y sólo aspira a mantener el poder en Murcia, Castilla León y La Rioja, feudos clásicos en los que ha perdido la mayoría absoluta. En el caso de la Comunidad de Madrid, será necesario un pacto con Ciudadanos para que Cristina Cifuentes pueda gobernar.
Mientras, Extremadura, Castilla La Mancha, Aragón y la Comunidad Valenciana podrían pasar a manos del Partido Socialista y Cantabria a manos del Partido Regionalista Cántabro. Con este panorama, el PP debería tomar buena nota de los resultados del domingo de cara a las generales y a su propio futuro como organización política.
Por otro lado, el Partido Socialista, pese a perder 600.000 votos y 1.000 concejales, salva los muebles al poder recuperar antiguos bastiones como Castilla-La Mancha y Extremadura. Además, puede hacerse con el Gobierno de la Comunidad Valenciana y Aragón y logra mantener el Gobierno del Principado de Asturias. Por ello, Pedro Sánchez sale reforzado como líder. Por su parte, en Andalucía el batacazo del PP refuerza a su compañera de filas Susana Díaz, por lo que las disputas internas siguen abiertas.
Mientras, se consolida la tendencia hacia el fin del bipartidismo. Si bien aún no se puede certificar la muerte del bipartidismo, ya que entre PSOE y PP han sumado más del 50% de los votos, la jornada del domingo apunta a un nuevo escenario de pactos al que están poco acostumbrados PP y PSOE, que juntos han perdido 18 puntos en ocho años.
Y la gran pregunta es: ¿qué pasará en Madrid? El PSOE tendrá que decidir si le da el gobierno de la ciudad de Madrid a Manuela Carmena, pese a no haber ganado las elecciones, o por el contrario se abstiene y se lo da a Esperanza Aguirre. No es una decisión fácil, ya que si los socialistas permiten que la lista amparada por Podemos gobierne el Ayuntamiento, el Partido Popular podrá utilizarlo como argumento de cara a las elecciones generales. Por el contrario, si el PSOE no apoya a Carmena muchos votantes socialistas podrán sentirse decepcionados. No es, por tanto, una decisión sencilla.
Por otro lado, los grandes perdedores del 24-M son Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal, Rosa Díez y José Antonio Monago. Estos han sido los peor parados en estas elecciones. Pese a haber ganado los comicios la candidata del PP al Ayuntamiento de Madrid tiene complicado gobernar.
Si bien durante la primera semana de la campaña las encuestas apuntaban a una victoria cómoda de Aguirre, con el transcurso de la misma ha ido perdiendo fuelle. La todavía presidenta de Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal, a pesar de ser la más votada, se verá muy posiblemente obligada a dejar la presidencia de esta comunidad autónoma. Otro tanto sucederá con José Antonio Monago, quien pierde el gobierno de Extremadura después de cuatro años de ocurrencias y frivolidades y gracias una campaña electoral que ha puesto en bandeja a los socialistas la victoria.
La última de las víctimas es Rosa Díez. Su partido, UPyD, ha desaparecido del mapa, al igual que Izquierda Unida, que ha sido barrido por Podemos y sus marcas blancas. Sobre los resultado en Barcelona, éstos dañan seriamente al independentismo catalán. La victoria de la activista Ada Colau debería obligar al presidente de la Generalitat, Artur Mas, a revisar su hoja de ruta secesionista, ya que los votantes siguen dando la espalda, elección tras elección, a su partido y, por tanto, a su proyecto de ruptura con el resto de España.
Una conclusión clara que se puede sacar de estos comicios es que las nuevas formaciones han pasado de la pancarta a los despachos. Tras varios años de protestas en la calle, el movimiento anti-desahucios o el 15-M fraguaron diversas "plataformas ciudadanas" amparadas por Podemos que tendrán que demostrar si son capaces de convertir sus propuestas en realidades. Un fracaso en su gestión impactará sin duda en las expectativas de votos de Podemos en las generales.
Y por último, ¿qué hará Ciudadanos? El partido de Albert Rivera fue el domingo la tercera fuerza más votada con el 6,55 por ciento de los votos. Son unos resultados muy positivos, aunque quizá no tan buenos como esperaban algunos.
No obstante, supone un hito clave para la vida política española y, a partir de ahora, el partido tendrá que empezar a tomar duras decisiones sobre a qué partidos apoyar en los acuerdos de gobierno. Sus opciones de futuro dependerán, en buena medida, de este punto.