Luis de Guindos: Los síntomas de la recuperación
- La recuperación es más rápida y fuerte de lo que pensábamos
La economía española se encuentra en una fase de crecimiento, ya desde hace un año y medio. Dejamos atrás cinco años de recesión, la más larga y profunda en varias décadas.
Ya prácticamente nadie niega la recuperación -a algunos les ha costado bastante reconocerlo-, pero me plantean a menudo cuándo los ciudadanos van a percibir esa mejora en su día a día. Otra cuestión que surge con frecuencia es si el ritmo de mejora es suficiente y cuánto vamos a tardar en recuperar los niveles de riqueza y empleo que hemos perdido.
La recesión que hemos dejado atrás ha sido de una gravedad tal que se va a necesitar un cierto tiempo para volver al punto de partida. Lo ocurrido en estos últimos trimestres nos indica, sin embargo, que la recuperación es más rápida y fuerte de lo que pensábamos. En niveles de renta, por ejemplo, creo que tardaremos menos de dos años en restablecerlos. Nuestras expectativas han sido superadas por la realidad y, en mayor medida, las de los organismos internacionales. Varias veces nos han revisado al alza tanto el FMI como la Comisión Europea.
El próximo mes de abril enviaremos a Bruselas la revisión del Programa de Estabilidad y en ella anunciaremos un crecimiento del 2,4 por ciento para este año. El salto es impresionante si tenemos en cuenta que en el año 2009, por ejemplo, la economía retrocedió un 3,6 por ciento y se destruyeron 1,36 millones de empleos en media anual. La recesión ha durado cinco años pero en 2014, por primera vez, se creó empleo. Para las 433.900 personas que han encontrado un puesto de trabajo el panorama ha cambiado completamente.
No es suficiente porque nuestra tasa de paro está en un insoportable 23,7 por ciento. Pero es un ritmo de creación de empleo del 2,53 por ciento, muy superior a nuestras previsiones. Hay más dinamismo y los datos lo demuestran pero lo más importante es que la tendencia ha cambiado de la noche al día. No ha sido por el BCE -aunque su labor es muy importante- o la debilidad del euro o la caída del precio del petróleo... Estas circunstancias afectan a todos por igual y España es el país que más crece entre las principales economías de la zona euro. El giro responde a la valentía de las reformas y, sobre todo, al esfuerzo realizado por el conjunto de la sociedad española. No reconocerlo así sería tremendamente injusto.
Ahora que vemos la situación en Grecia debemos darnos cuenta de lo importante que ha sido para nuestro país haber evitado el rescate. La autoestima es un valor esencial sobre todo cuando hay dificultades porque ayuda a superarse. Nadie nos ha dicho lo que teníamos que hacer, por eso quizá la confianza se está recuperando con tanta rapidez. La de los consumidores está en máximos históricos y el índice de sentimiento económico de Eurostat ha vuelto a los niveles previos a la crisis.
Los hogares vuelven a tirar de la economía
El consumo de los hogares vuelve a tirar de la economía. Durante los últimos ocho trimestres está creciendo gracias a que se ha recuperado la confianza y a la creación de empleo. La reforma fiscal inyectará 9.000 millones de euros entre este año y el próximo a familias y empresas. La inflación negativa permite, además, ganancias de poder adquisitivo para los trabajadores en un contexto de moderación salarial. En el caso de las pensiones, la renta real aumentará este año un 1,25 por ciento. El flujo de crédito nuevo para familias y pymes lleva ya más de un año con tasas positivas de crecimiento.
Todos estos elementos se traducen en que tenemos ya desde mediados del pasado año datos positivos del comercio minorista, de las ventas de grandes empresas y de las matriculaciones de vehículos. Hace un par de años ni quienes conservaron el empleo se atrevían casi a consumir por miedo a perderlo. Ahora vemos que hay un futuro, ésa es la diferencia. Muchas más personas así lo perciben y el reto es conseguir que esta corriente se generalice. Creo que hemos creado las condiciones para que así sea.
Tenemos riesgos, naturalmente, pero nosotros no hace mucho que no lo somos. Esto es algo que conviene recordar porque forma parte del cambio que he descrito. Son incertidumbres más geopolíticas que de otra naturaleza. En Europa hemos aprendido de la crisis, nos hemos cohesionado en torno a nuestra moneda y nos hemos dotado de instrumentos como la Unión Bancaria que nos vacunan y nos protegen. Por eso es importante no dar pasos atrás con fórmulas viejas con apariencia de nuevas que pueden ser atractivas en un momento de cansancio social pero que no son viables. Confío en que cada vez más ciudadanos noten los beneficios de lo conseguido y aprecien el valor de la estabilidad política.
Luis de Guindos Jurado es Ministro de Economía y Competitividad.