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Podemos en el país de las maravillas



    El programa económico de Podemos es una suerte de brindis al sol asambleario tan lleno de buenas intenciones como de imposibles. En la práctica, se trata de un programa pensado para vender bien la moto, con buena verborrea y con similares lugares comunes a los que aparecen en los programas de otros partidos, destinados a no ser leídos por casi nadie y mucho menos aplicados.

    Quieren que en España la jornada sea de 35 horas y la jubilación a los 60 años. Tenemos graves problemas de absentismo laboral, con lo que la jornada efectiva promedio no es la máxima legalmente establecida, así que sin solucionar esos problemas, y aún haciéndolo, ir a una jornada de 35 horas es un suicidio a la productividad y a la competitividad, que no nos podemos permitir. En cuanto a jubilarse a los 60 años, estaría muy bien, pero precisamente en aras a la sostenibilidad del sistema de pensiones hay que hacer exactamente lo contrario, igual que está sucediendo en otros muchos países.

    También quieren prohibir los despidos en empresas con beneficios. Es decir, que hasta que una empresa no esté en pérdidas no puede adaptar su plantilla, ni aun pagando las indemnizaciones pertinentes. Una bonita manera de destruir más empleo aún, porque muchas veces una empresa cuando entra en pérdidas ya no puede regresar de ellas, sobre todo si es una pyme. También quieren eliminar las ETT, y no se me ocurre cómo esto beneficia a la creación de empleo, así como derogar la reforma laboral, que es de lo poco que ha hecho el gobierno de Rajoy con algún sentido. Quieren subir el SMI, pero no dicen cuánto. La verdad es que todos los partidos quieren subirlo, así que esto no es muy original.

    Lo más curioso es lo referente al impago de la deuda. Hablan de hacer una auditoría ciudadana a la deuda pública y privada para delimitar que partes de éstas son ilegítimas y declarar su impago, y eso lo quieren coordinar con otros países de la UE, que son nuestros principales acreedores. Hablar por hablar, porque es una propuesta que no sería escuchada. Además, sus presupuestos, como buenos gobernantes de izquierdas, serían muy deficitarios y eso les haría más dependientes de la deuda, así que me temo que no les interesa.

    Resulta inefable lo de crear mecanismos de control democrático y parlamentario sobre el BCE, que quieren esté supeditado a las autoridades políticas. Nuestro parlamento no es competente, así que deben referirse al europeo, que tampoco lo es. Entonces lo que quieren hacer es cambiar los tratados constitutivos del BCE, ahí es nada.

    Quieren hacer una compañía de rating, por supuesto pública. Pero si no quieren pagar la deuda, para qué quieren el rating, puesto que por muy pública que fuera le pondrían a España la calificación más baja, a no ser que por ser pública nos den la triple A.

    Y si no hemos tenido poco con las cajas de ahorros, que estaban regidas por políticos, quieren hacer una banca pública y además con gestión democrática, punto este que han de aclarar porque es muy innovador. ¿Significará el dirigismo del crédito, como pasó en las cajas de ahorros? Desean la recuperación del control público en los sectores estratégicos de la economía, que para ellos son: telecomunicaciones, energía, alimentación, transporte, sanitario, farmacéutico y educativo. Como la gestión pública encarece los costes, los ciudadanos al final pagarían la ineficiente gestión de todos esos servicios.

    También prometen grandes subidas de impuestos, como en Patrimonio, Sociedades, IVA y uno especial para grandes fortunas. Como es sabido, una política fiscal tan contractiva traerá consigo una disminución de actividad y más paro, pero debe ser que sobra actividad.

    Quieren sustituir el gasto militar por investigación básica, pero no aclaran si echando a los militares a la calle o acaso dejando de licitar contratos para las empresas que fabrican armamento y que dan trabajo a empresas españolas. Quizás los militares en paro o los trabajadores que también irían al paro puedan dedicarse a hacer investigación básica, quién sabe.

    La guinda de todo esto es que pretenden asegurar una renta a todos los españoles por el mero hecho de serlo y para ello subirán el IRPF. Es decir, darán al que no trabaja quitándoselo al que sí lo hace.

    Si llegan al poder, más vale que moderen sus pretensiones o destruirán aún más la economía, porque ni España es un cuento ni los españoles estamos ya para tanta maravilla. Y no olvidemos que es otra forma de corrupción la que hace creer a la gente en objetivos imposibles, porque no es sino aprovecharse de la buena fe del ciudadano y generarle unas expectativas que, sin duda, serían defraudadas. No hay nada nuevo en Podemos, la demagogia existe desde que existe la democracia.