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"In varietate concordia"
- El lema del Parlamento Europeo, 'Unidad en la diversidad', resume los ideales
En Europa la unión avanza a paso menudo, pero imparable. Imparable porque no hay marcha atrás. Nuestra forma de vida, nuestros valores solo podrán perdurar en ese mundo global que se anuncia si continuamos perfeccionado la Unión Europea. En los horrores y miserias de nuestra historia desgraciadamente no estamos solos, pero solos estamos en el patrimonio de nuestros logros: el desarrollo del método científico, el imperio de la ley, el concepto de igualdad y democracia, los valores laicos y el desarrollo del derecho a una red asistencial y médica para sus ciudadanos.
Esos valores e ideales que hoy conforman Europa son los que han contribuido de una manera decisiva al progreso de la humanidad y establecen el patrón que debe estar presente en cualquier sociedad avanzada. Y hoy también Europa abre camino con otra ambiciosa aportación que anticipa el curso que necesariamente deberá recorrer un mundo cada vez mas globalizado: Unidad en la diversidad. Un lema adoptado como propio por el Parlamento Europeo el 4 de mayo del año 2000 para resumir los ideales y metas de la UE. In varietate concordia.
La máxima expresión de esa aspiración la constituye el Parlamento Europeo, una institución que poco a poco, de manera paulatina e imperceptible, se ha ido cuajando hasta adquirir una masa crítica con inercia propia. Los cambios que son el resultado de una progresión constante de pequeños pasos que pasan desapercibidos hasta que una nueva realidad eclosiona. En la próxima legislatura asistiremos a una metamorfosis que hará posible vertebrar las instituciones europeas en un nuevo equilibrio de poderes.
La estructura de la UE resulta compleja y extraña a primera vista. Ha sido el resultado de un largo proceso de gestación, pero lo que ahora se perfila es nítido y familiar si adoptamos nombres que nos son familiares y están arraigados en nuestra Historia. El próximo día 25 elegiremos en nuestra calidad de ciudadanos europeos nuestro Parlamento. Ese será nuestro Congreso.
A su vez, el Consejo Europeo compuesto por los 28 presidentes de Gobierno de los Estados miembros son el equivalente del Senado. Dos cámaras, por lo tanto, a la que hay que sumar una Comisión con su presidente y 28 comisarios de áreas, que se constituye como órgano ejecutor de las decisiones adoptadas por el Consejo y refrendadas por el Parlamento Europeo.
Nuestro proceso constituyente es diferente a cualquier otro y todavía está en marcha. La perfección de esas instituciones y su diseño final es la tarea que nos aguarda. Cada generación debe hacer frente a su particular reto histórico. Frente a la generación que se desangró en la Segunda Guerra para librarse del yugo nazi, el nuestro es un reto amable que sólo exige la ambición de crear un futuro mejor para nuestros hijos y poner en valor lo mejor de nuestra herencia cultural. La nueva unidad que se está forjando es ilusionante, necesaria y pertinente.
Conformar ese futuro nos exige ejercer un voto exigente y responsable que deje de lado adscripciones confesionales y elija a los mejores gestores. Por activa o pasiva la marea de la historia barrerá el tiempo presente. La cuestión es si seremos juguetes a merced de las olas o habremos sido capaces de construir un velero capaz de navegar con rumbo propio. En esa Europa, las elecciones el próximo día 25 al Parlamento Europeo son parte fundamental de ese proceso.
Ignacio Nart, Analista Financiero.