Firmas

Las directivas europeas transforman los informes corporativos

  • Los informes incluirán los contextos y la evolución del negocio


A la directiva sobre información no financiera que promoverá la inclusión de diferentes indicadores de información no financiera en los informes anuales, le seguirá en 2018 el detalle de los pagos de impuestos por país de operación.

Las instituciones europeas se encuentran muy activas impulsando más transparencia en el mundo de la empresa. Si bien es cierto que parece el huevo, más que la gallina, el reporting se ha mostrado como una herramienta de gran utilidad para impulsar buenas prácticas en el mundo de la empresa.

Por otro lado, el escaso interés que despierta la lectura de esta pieza ya clásica de literatura corporativa, preocupa. Los informes anuales precisan una importante inversión en recursos y las compañías no están convencidas de que estos cumplan su función como herramienta de comunicación y reflexión que ponga al corriente del devenir de la compañía a los que tienen intereses en ella.

Con la reciente modificación de las directivas de contabilidad a fin de incluir cierta información extrafinanciera se pretende sea una oportunidad para poder explicar y entender mejor el contexto y los riesgos a los que se enfrentan las organizaciones.

Una evolución esperada y relevante de los informes anuales desde la adaptación de las leyes mercantiles al ordenamiento jurídico europeo, las empresas españolas tienen la obligación legal de elaborar un informe de gestión. Un documento que no forma parte de las cuentas anuales, pero que debe acompañarlas en el registro mercantil cuando la compañía supera un determinado tamaño.

Este informe será una exposición fiel sobre la evolución de los negocios y la situación de la sociedad, junto con una descripción de los principales riesgos e incertidumbres a los que se enfrenta.

Aunque desde principios de este siglo se incluyeron además indicadores de carácter no financiero, la nueva directiva obligará una vez trasladada al ordenamiento jurídico de cada país, a que las compañías de más de 500 empleados incluyan información respecto al contexto, la forma en la que las empresas gestionan impactos relevantes de su actividad. Esta tendencia había prendido ya en el ordenamiento jurídico de diferentes países europeos como Francia, Dinamarca o Suecia, y resultaba un elemento ciertamente incómodo en el impulso de la homogeneidad del reporting corporativo en el espacio económico de la Unión.

En la nueva directiva, la información extrafinanciera relativa a las personas de la organización y los impactos ambientales, se detalla y se amplía. En la incorporación de temas se delatan las prioridades en la agenda de la Unión Europea como son la lucha contra la corrupción, especialmente en economías emergentes, la protección de los derechos humanos en las cadenas de suministradores en países con legislación débil y la diversidad, entendida con un sentido amplio -género, procedencia, formación ,etc-.

En España, esta norma afectará, una vez trasladada al ordenamiento jurídico español, a unas 600 compañías, pero sorprenderá tan solo a un grupo limitado de ellas. Desde 1999, un número creciente de compañías españolas vienen publicando informes de información no financiera bajo la denominación de informes de responsabilidad corporativa o sostenibilidad. En 2013, el 81% de las mayores cien compañías españolas por facturación, realizaron este tipo de documentos.

Esta es una ocasión para avanzar en tres aspectos en el trabajo realizado: en la organización, su fiabilidad, y la explicación coherente de la manera y el contexto en los que crean, distribuyen y protegen los diferentes capitales que gestionan.

José Luis Blasco, Socio responsable de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento de KPMG.