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Los avatares económicos del Canal de Panamá

  • La paralización de las obras forma parte de la historia del Canal desde 1889
  • A los problemas políticos y financieros también hubo que sumar la malaria


Los actuales y graves problemas para la terminación de las obras de ampliación del Canal de Panamá, cuya causa principal y única no es otra que la asunción del incremento de costes planteada por el consorcio de constructoras, liderado por Sacyr, llevó a la paralización temporal de dichas obras. El consorcio, ha exigido el pago de mil seiscientos millones de dólares, unos mil doscientos millones de euros, por los sobrecostes producidos como condición para continuarlas y terminar la construcción prevista para diciembre de 2015.

En la construcción del Canal, inaugurado justo ahora hace 100 años, también hubo paralizaciones, aunque por motivos de otra índole como las discrepancias técnicas en su propia construcción, las epidemias y, por supuesto, los problemas de financiación. Una de las cuestiones más debatidas por los promotores y técnicos del Canal encabezados por Fernando de Lesseps, fue si este iba a realizarse a nivel del mar o, por el contrario, mediante esclusas a distinto nivel que fue el sistema elegido por ser el más viable.

¿Cómo y cuándo surgió la idea del Canal de Panamá?

Carlos I de España y V de Alemania ordenó en 1534, el primer estudio sobre una propuesta para una ruta marítima a través del istmo de Panamá. No obstante, tuvieron que pasar tres siglos hasta que comenzaran los primeros estudios serios de técnicos franceses a partir de 1876, a través de la Societe Civile Internacional du Canal Interoceanique de Darien. Esta sociedad fue la que, a través de Lucien W. B. Wyse, nieto de Lucien Bonaparte, consiguió de Colombia, a cuya soberanía pertenecía Panamá, un tratado firmado el 20 de marzo de 1878, conocido como Concesión Wyse, que otorgaba a la Societé Civile el derecho exclusivo para construir el canal interoceánico de Panamá. Si bien, conforme a una cláusula, la vía acuática revertiría a Colombia después de 99 años sin compensación.

Luego de la creación de la Compagnie Universelle du Canal Interoceanique de Panamá el 17 de agosto de 1879, ya presidida por Fernando de Lesseps que propugnaba con vigor el canal a nivel del mar, en la aplicación de la citada Concesión Wyse, el 1 de enero de 1880, Lesseps y su hija Ferdinande realizaron la primera palada de inauguración simbólica de las obras. A partir de ahí, de Lesseps se ocuparía de promover y conseguir el dinero necesario para el proyecto de fuentes privadas que, era la forma de financiación habitual en la época.

Tras la suscripción de acciones por los fundadores de dicha compañía, en 1880, la Compagnie Universelle realizó una segunda oferta pública de 590.000 acciones comunes de 500 francos por acción. Esta oferta resultó un gran éxito para Lesseps, que con grandes esfuerzos había generado gran interés público en la construcción del Canal.

En total, 102.230 inversores suscribieron la oferta de acciones en un 204%, siendo el total de las acciones vendidas 1.206.609, cuya mayor parte se vendió en pequeños lotes a particulares. Incluso para facilitar la compra de acciones a personas de pocos ingresos, Lesseps creó un novedoso programa de pagos. Se podía abonar una acción de 500 francos anual hasta la apertura del Canal. El total recaudado en esta oferta pública permitió el inicio de los trabajos de construcción Canal el primero de febrero de 1881. Esta fue la única oferta pública de acciones de la Compagnie Universelle durante la construcción del Canal de Panamá entre 1880 y 1889.

El dinero se terminó y en 1889 se inició una crisis en la que los accionistas decidieron disolver la Compagnie Universelle enviándola a sindicatura judicial, una especie de suspensión de pagos, bajo la dirección ya no de Lesseps sino de Joseph Brunet. Fue un triste final para tan gran esfuerzo. No obstante, durante algunos meses se mantuvieron aunque, con gran dificultad, algunos trabajos pero, el 15 de mayo de 1889, toda actividad cesó produciéndose la primera paralización de la obras e iniciándose la liquidación de la sociedad que no se terminó hasta 1894.

La presión popular sobre el Caso Panamá llevó a juicio a Ferdinad de Lesseps y a su hijo, Charles, acusados de fraude y mala gestión, si bien Lesseps padre se libró por su avanzada edad y frágil salud de tener que comparecer ante el Tribunal que los halló culpables y condenó a 5 años de cárcel, pena que no cumplieron por haber prescrito.

Charles fue condenado en un segundo juicio por corrupción y soborno y cumplió en prisión un año ya que el resto de la pena lo pasó en el hospital por haber enfermado de gravedad. Ferdinand falleció el 7 de diciembre de 1894, a los 89 años y Charles vivió hasta 1923, lo suficiente para ver el Canal terminado, el honor de su padre reparado y su propia reputación sustancialmente limpia. No obstante, el fracaso de los franceses fue evidente por la terquedad de Lesseps de insistir en la construcción del canal a nivel del mar. Ello impidió rectificar a tiempo y tuvo desastrosas consecuencias para la obra.

Una vez terminada la Concesión Wyse original, Wyse consiguió del gobierno de Bogotá una prórroga de 10 años. Así, el 20 de octubre de 1894 se creó la Compagnie Nouvelle de Canal de Panamá que, con un eximio capital de 12 millones de dólares, planteó conseguir inversionistas para terminar el canal de los franceses. El 9 de diciembre de 1894, llegó desde Francia el primer grupo para reiniciar los trabajos de excavación en el Corte Culebra, sin que todavía se supiera qué tipo de canal se construiría, ya fuera de esclusas o a nivel. Pero había voluntad de acabar y en 1897 la fuerza laboral pasó de los 700 obreros iniciales a más de 4.000.

Este primer canal, con esclusa tenía dos lagos artificiales para elevar las naves y hacerlas atravesar la Cordillera Continental. De nuevo otro escándalo afectó a la nueva compañía que, al igual que la antigua, perdió la confianza de los inversores y la financiación. No hubo más opción que abandonar el proyecto o venderlo. Se pensó en EEUU, el mejor postor, con gran interés en el Canal. Las negociaciones con el presidente William McKinley el 2 de diciembre de 1899 fructificaron en un acuerdo, provisional, que duró cinco años.

Se ha dicho que los americanos conectaron con éxito el Canal de Panamá porque aprendieron de los errores de los franceses, pero hubo más. La Comisión Walker, ordenada por el presidente McKinley, favorecía la ruta por Nicaragua, canal nunca olvidado y que periódicamente renace como ha sucedido recientemente. Sin embargo, Roosevelt, que sucedió al asesinado McKinley, entendió que un canal controlado por EEUU era una absoluta necesidad, como se puso en evidencia precisamente en la guerra con España de 1898 y con la voladura del acorazado Maine.

A pesar de ello, y aunque la Cámara de Representantes, aprobó la Ley Hepbum a favor del canal por Nicaragua, el presidente Roosevelt provocó un informe de la Comisión Walter a favor del canal por Panamá, que motivó que el Senado norteamericano, el 19 de junio de 1902, aprobara esta ruta por sólo 8 votos.

Además del canal, el impaciente Roosevelt apoyó decididamente el movimiento independentista frente a Colombia de Panamá. Independencia que se produjo el 3 de noviembre de 1903. Por ello, los norteamericanos obtuvieron la concesión del canal a perpetuidad para el desarrollo de una zona de 10 millas de ancho, 5 a cada lado, sobre la que ejercería su soberanía.

A los problemas políticos y económicos hay que añadir, la malaria que diezmaba a los 45.000 hombres que trabajaban en la obra y quienes había que asegurar, junto con sus familias, unas condiciones de vida adecuada según los estándares de la época. El Canal de Panamá parece estar sometido a crisis periódicas y continuos avatares, como la que ahora afecta a su ampliación, pero que se han , superado como ha sucedido actualmente con minuciosas arquitecturas financieras tan complejas o más que la de la propia obra.

Miguel Cid Cebrián, abogado, doctor en Derecho y procesalista.