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Paro: la crisis no ha golpeado más a los jóvenes que a los adultos



    Cada vez que los media comentan los resultados de la EPA todos coinciden en lamentar el alto nivel del paro juvenil y, en efecto, hay motivos para ello. Así, por ejemplo, en el último trimestre de 2013 la EPA estimó que 953.000 jóvenes entre 15 y 24 años estaban en paro, es decir, el 54,4% sobre la población activa de esas edades. El 60% de ellos no había completado la ESO y aproximadamente la mitad llevaban en el desempleo más de un año.

    Datos, sin duda, preocupantes, pero si la comparamos con la del grupo de edades más activas (25-54 años) nos encontramos con una cierta sorpresa: esa proporción se ha mantenido prácticamente constante (entre 2 y 2,5) desde mitad de los años ochenta hasta hoy. Además, ese cociente es menor en España que el que se observa (de media) en los países de la UE. ¿Qué quiere decir esto? Pues que, lejos del impresionismo mediático, la crisis no ha golpeado más a los jóvenes que a los adultos. La realidad es que no son los jóvenes sino los veteranos (46-65 años) quienes peor lo están pasando.

    Veámoslo a la luz de los datos de la última EPA: en el último trimestre de 2013 había unos 12 millones de españoles en edades maduras (45-65 años). De ellos, 6,2 millones estaban ocupados y 1.675.000 en paro. Parados que al inicio de la crisis eran tan sólo 372.800, es decir, que el número de los desempleados de esas edades se ha multiplicado por 4,5. Por otra parte, el 75% de esos desocupados maduros (el 32% de ellos llevaba en paro más de tres años) tenía menos de 55 años y casi el 70% no tenía estudios o sólo la educación obligatoria. Un panorama desolador para esos veteranos.

    Baste para demostrarlo con imaginar a una persona de 52 años que perdió su empleo y está lejos de la jubilación. Lleva un par de años buscando trabajo y no puede ofrecer otra formación formal que la primaria. ¿Quién le va a dar empleo con un salario decente?

    Joaquín Leguina, estadístico.