Firmas

Contaminación y transporte tras 2020



    Alrededor del 90% de la población de la Unión Europea respira partículas contaminantes que la Organización Mundial de la Salud considera perjudiciales. Así lo ha recogido la Agencia Europea del Medio Ambiente en un informe que detalla cómo esta contaminación puede tener afectaciones respiratorias o cardiovasculares, siendo los motores de combustión de los vehículos uno de los principales causantes de esta emisión de partículas en las grandes ciudades.

    Esta preocupante situación, que supuso la muerte prematura de 400.000 personas en 2010 en Europa, demuestra que tanto la industria como las Administraciones Públicas, tienen que ser cada vez más severas para lograr reducir de forma que sea admisible para la salud, las emisiones contaminantes.

    La Comisión Europea (CE) propondrá a finales de este año, y a raíz de una consulta pública, nuevas propuestas legislativas para el horizonte 2030 que fijen un nuevo objetivo respecto del nivel de emisiones. Actualmente, la CE fija como objetivo la reducción de emisiones para 2020 en un 20% respecto a los niveles de 1990, el denominado objetivo 20-20-20, que implica también ahorrar el 20% del consumo de energía mediante una mayor eficiencia energética y promover las energías renovables hasta el 20% para 2020.

    Esta es una de las preocupaciones que se debatirá en Barcelona en el marco de Smart City Expo World Congress, el foro de referencia a nivel mundial para el sector público y privado donde expertos internacionales en el desarrollo inteligente de las ciudades se reúnen para intercambiar conocimiento e iniciativas innovadoras sobre las principales áreas que intervienen.

    La movilidad sostenible y el transporte es sin ninguna duda una de las piezas clave en el concepto de Smart City para la reducción de emisiones a nivel mundial. En 2050 se calcula que existirán cerca de 2.500 millones de vehículos en el planeta, superando los 1.000 millones que existen hoy en día y que generan unas emisiones de dióxido de carbono estimadas en 600 millones de toneladas en todo el mundo.

    En la Unión Europea, el transporte de carretera representa la segunda mayor fuente de gases de efecto invernadero y una quinta parte del total de las emisiones. En Barcelona, por ejemplo, el tráfico es responsable del 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero, del 50% de las emisiones de dióxido de nitrógeno y de partículas, y del 80% del ruido, según el estudio Compromiso Ciudadano para la Sostenibilidad 2012-2022 elaborado por el Ayuntamiento de Barcelona.

    Pese a las mejoras realizadas, la situación actual no deja de ser preocupante. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, el nivel de CO2 en la atmósfera debe estar por debajo de los 450 partes por millón (ppm). Para alcanzar esta cifra, las emisiones de dióxido de carbono de los nuevos vehículos deben reducirse en un 90%.

    El coche eléctrico

    A día de hoy, ya disponemos de la tecnología necesaria para afrontar la reducción de emisiones de C02: el coche eléctrico.

    Solamente con una introducción de 1.000 vehículos eléctricos en una ciudad española, se dejarían de emitir más de 30.000 kg anuales de gases contaminantes y más de 2 toneladas de CO2, según información publicada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Además, señala el mismo organismo, un vehículo eléctrico puede ahorrar durante su vida útil entre 10 y 30 toneladas de CO2 respecto a un vehículo convencional, en función de la tecnología empleada para generar electricidad.

    Una reducción de emisiones contaminantes tiene un impacto no sólo en la salud de los ciudadanos sino también en el ahorro energético que puede hacer España.

    Respecto al ahorro energético y ante el encarecimiento de los precios del petróleo, el coche eléctrico contribuye a la reducción de la factura energética del país ligada al consumo de carburante, que podría reducirse a la mitad. Según un estudio publicado en enero de 2013 por la Comisión Europea llamado Celan energy for transport se ponen encima de la mesa distintas iniciativas para sustituir gradualmente el combustible por otras fuentes alternativas, con ahorros estimados de 4.200 millones de euros al año para el año 2020 y 9.300 millones de euros para el año 2030.

    Así pues, debemos impulsar un giro de 180 grados hacia la movilidad de cero emisiones, 100% eléctrica. Y esto supone no sólo seguir innovando en la tecnología de los coches eléctricos, sino que significa disponer de una mejor infraestructura de carga y de mayores incentivos al uso. Sólo con ello, conseguiremos tener un mayor número de conductores que apuesten por la movilidad sostenible.

    Marco Toro, Consejero Director General de Nissan Iberia.