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Apueste por tecnología punta en Reino Unido



    ¿Dónde hay que ir actualmente para invertir en las empresas tecnológicas más punteras? A California, con sus huestes de nuevas empresas en Silicon Valley, evidentemente. Pero también a Taiwán o China, con amplios mercados y cientos de miles de tecnólogos jóvenes y brillantes. O desde luego a Japón o Corea, con inmensos fabricantes que dominan los teléfonos, las tabletas y la informática.

    Pero hay otro lugar que casi nadie asocia con la tecnología: la Gran Bretaña del paraguas y las tradiciones. El Reino Unido es la sede de empresas de Internet apasionantes y en rápido crecimiento.

    El año que viene, una serie de importantes salidas a bolsa las dará a conocer a los inversores de todo el mundo. Empresas como la diseñadora de juegos King; Wonga, de préstamos del día de paga, o Asos, distribución de moda, escarban posiciones de liderazgo en mercados muy amplios. Tiene una explicación. Al Reino Unido no se le da mal la tecnología (al fin y al cabo, Internet la inventó un británico) pero no tiene un historial muy bueno de comercializarla. Sin embargo, la tecnología está entrando en una segunda fase, en la que se trata más de aplicarla para dar la vuelta a sectores tradicionales que crear nuevos programas o artilugios.

    El Reino Unido tiene una larga tradición en industrias como las finanzas, los medios y la moda, y está absolutamente preparado para explotarlas. Cualquiera dispuesto a subirse a la próxima ola de ganancias en Internet debe mirar mucho más allá de Silicon Valley o el lejano oriente.

    La salida a bolsa de Twitter volverá a recordar a los inversores que, aunque las economías del mundo desarrollado sigan renqueando (como mucho) y los mercados dependan insanamente de la disposición de sus bancos centrales para imprimir amplias cantidades de dinero, Internet sigue vomitando grandes compañías nuevas y, más de una década después del estallido de la burbuja puntocom, sigue siendo el mejor sitio para ganar dinero a medio plazo.

    Más allá de norteamérica

    Con contadas excepciones, los grandes éxitos de la web han sido todos americanos. Google, Amazon, Ebay, Facebook, Yahoo y muchos otros salieron de EEUU, una de las sociedades más tecnológicamente sofisticadas del mundo y de las más emprendedoras también. Una combinación perfecta para crear éxitos en Internet.

    Sin embargo, la próxima generación de estrellas podría proceder de un abanico mayor de países y el Reino Unido está posicionado para rendir excepcionalmente bien porque tiene una larga tradición de innovación científica. En efecto, Internet la creó un británico, Tim Berners-Lee, al igual que el algoritmo sin el cual ninguna de esas empresas podría existir (se le ocurrió a Alan Turing, aunque el estadounidense Emil Post también haya reclamado su autoría).

    Pero no le ha ido demasiado bien a la hora de convertir la ciencia en negocios de éxito mundial. Tal vez eso esté a punto de cambiar. El Reino Unido cuenta con una gran empresa de Internet, Asos.

    El minorista de moda online se ha convertido en uno de los de mayor éxito en todo el mundo, con un valor de mercado de 4.700 millones de libras. Ha lanzado sucursales en Francia, Alemania y Estados Unidos, y actualmente está adentrándose en más países. Se incluiría en el índice de referencia FTSE-100 si no hubiese preferido seguir en el índice AIM, menos regulado. Y se avecinan muchas más.

    Próximos pasos

    El negocio de juegos King.com, autor del gran éxito Candy Crush, ya ha presentado su salida a bolsa (OPI), probablemente en Wall Street aunque esté basado en Londres. Fundado en 2003, se le calcula un valor de 5.000 a 7.000 millones de dólares. Ha adelantado a Zynga como el mayor proveedor de juegos en Facebook. La siguiente podría ser la londinense Mind Candy, que sacó a la luz Moshi Monsters. Se rumorea que es la próxima gran OPI, con ingresos próximos a los 50 millones de libras el año pasado. Shazam, que produce la popular aplicación musical del mismo nombre, se ha mencionado como otra gran OPI, con un valor posible de más de 1.000 millones de dólares.

    Las finanzas serán el siguiente sector. Wonga ha surgido como un nuevo jugador dinámico en esa industria. Al prestamista del día de paga se le ocurrió una brillante fórmula de utilizar algoritmos para valorar la solvencia y ha vuelto el negocio de los préstamos patas arriba. Se fundó en 2006 y hace un año obtuvo beneficios de 84,5 millones de libras. Si sale a bolsa, valdrá por lo menos 1.500 millones de libras, aunque podría superar con facilidad los 2.000 millones de libras, dadas las valoraciones astronómicas de tantas otras empresas tecnológicas. Todo el mundo odia a Wonga porque ofrece préstamos a corto plazo, con unos tipos de interés escandalosamente altos a personas que no tienen mucho dinero pero eso no significa que no sea un negocio de éxito. Prestar dinero nunca ha sido una profesión bien vista.

    Y hay más empresas parecidas. Funding Circle es pionera en los préstamos entre iguales a empresas pequeñas y acaba de adentrarse en EEUU. Crowdcube ha causado sensación con la financiación colectiva de nuevas empresas, otro mercado potencialmente enorme. Hay un motivo detrás del reciente éxito del Reino Unido. La industria de la tecnología ya no se reduce a crear nuevos sectores o dispositivos.

    Con la ubicuidad de la banda ancha y la conexión sin cable, se trata más de dar un vuelco a los sectores antiguos. Y eso permite a las economías maduras y desarrolladas como la británica que les vaya bien. El Reino Unido ha sido un líder mundial en áreas como la moda, la distribución, la música, los medios o las finanzas. Empresas como King o Wonga sólo han recogido esa historia y la están aplicando de formas nuevas, en sectores a los que no les viene nada mal un replanteamiento.

    A otros países europeos también les va bien. Rovio, la productora de Angry Birds, es finlandesa. Skype lo fundaron un sueco y un danés, aunque se vendió a Ebay antes de lanzarse a bolsa. El Reino Unido posee unos impuestos corporativos y de ganancias de capital relativamente bajos. Los empresarios pueden vender sus negocios y sólo pagan el 10 por ciento en impuestos. Y hay un grupo de inversores que entienden de tecnología. A quienes han ganado dinero con Google, Facebook o Twitter no les haría daño fijarse en Gran Bretaña para la próxima ola de éxitos.

    Matthew Lynn. Director Ejecutivo de la consultora londinense Strategy Economics.