Firmas

Tres razones por las que invertir en EEUU



    En un momento en el que Wall Street se encuentra en máximos históricos, los inversores parecen asustados por las elevadas valoraciones que están alcanzando las compañías norteamericanas. Sin embargo, resulta fundamental no dejarse llevar por la corriente y ser capaces de pensar de forma diferente y de descubrir el mensaje que subyace en esta tendencia.

    Las empresas americanas disfrutan hoy de mejores ventajas competitivas y de superiores ingresos y visibilidad a largo plazo, lo que nos lleva a concluir que esos precios que parecían exagerados no lo son. A finales del pasado mes de mayo el PER del S&P 500 se situaba a 15,9 frente a la media a largo plazo que está en 16,4. Por tanto, a pesar de que no está "barato", el mercado tampoco está sobrevalorado, especialmente a la luz de la mejora en la economía americana y en los ingresos. Y esta es precisamente una razón convincente por la cual consideramos que los inversores deberían poner sus ojos en Estados Unidos: la existencia de valoraciones de mercado apoyadas en unos sólidos fundamentales corporativos que además se encuentran en un proceso de mejora.

    La recuperación del mercado inmobiliario, por su parte, constituye uno de los indicadores que nos permite confiar en que la economía norteamericana seguirá mejorando. El lastre económico que suponía la crisis en el sector residencial se está reduciendo dado que las ejecuciones hipotecarias han descendido considerablemente y los precios están otra vez en una senda alcista. Los constructores inmobiliarios están haciendo casas lo más rápido que pueden y han recuperado la confianza, lo que es una excelente noticia para los datos de empleo y para el optimismo de los hogares. El aumento de los precios de las viviendas crea un sentimiento de riqueza en sus propietarios lo que inexorablemente redunda en unos mayores índices de confianza de los hogares. El gasto de los consumidores supone aproximadamente dos tercios de la economía americana. Por tanto, una mejora en el sentimiento tiene un considerable impacto tanto en el crecimiento económico como en los ingresos de las compañías.

    Por último, también queremos destacar el renacimiento industrial que está viviendo la economía americana producido, en gran medida, por las nuevas fuentes de energía que se han descubierto en la parte continental de Estados Unidos. El gas y petróleo de pizarra sin lugar a dudas representan un motor fundamental de crecimiento de la economía americana a largo plazo. Estados Unidos cuenta con inmensas reservas de estos recursos hasta el punto de que algunos analistas de energía sugieren que Norteamérica (EEUU y Canadá) podrían ser potencialmente independientes en cuanto a energía se refiere para mediados de siglo. Esta nueva realidad ha tenido un impacto inmediato en los precios domésticos de la energía (tanto del petróleo como del gas natural), que se encuentran ahora mucho más baratos que los de otros países, y ha dado lugar al reshoring o reindustrialización de EEUU. La existencia de unos precios de la energía más bajos unido a unos costes laborales que se han vuelto globalmente más competitivos ha llevado a empresas pertenecientes a las industrias automovilística, química y del acero a repatriar parte de su producción a Estados Unidos. Este es el caso de General Electric, por citar un ejemplo. En términos generales, son muchas las ocasiones en las que los bajos costes derivados de la deslocalización ya no compensan las desventajas que conllevan las operaciones logísticas y de transporte.

    La existencia de un ambiente macroeconómico alentador y el aumento de la confianza de los consumidores deberían seguir respaldando los ingresos corporativos además de que potencialmente benefician a los inversores en renta variable norteamericana.

    Will Jump. Director de Inversiones Estados Unidos en AXA Rosenberg.