Europa
Renzi echa un pulso a Letta con más reformas incómodas para el Ejecutivo
Un encuentro con Enrico Letta, otro con el presidente de la República Giorgio Napolitano e incluso una cita en agenda para entrevistarse con Silvio Berlusconi. El líder del centroizquierda italiano Matteo Renzi sigue trabajando para lanzar un paquete de reformas que renueve la imagen del Ejecutivo y la del Partido Demócrata (PD).
Y para llegar a ese objetivo no le importa hacer acuerdos con los adversarios de siempre y echar un pulso a su compañero de partido y primer ministro Enrico Letta: "Si miramos los últimos diez meses nos encontramos frente a una extensa lista de fracasos: no supimos cambiar la ley electoral y no hicimos reformas. Tenemos que obtener resultados o de otra forma nos enfrentaremos a una devastadora campaña electoral marcada por la demagogia y el antieuropeísmo de Berlusconi y Grillo", dijo Renzi, criticando los escasos logros del Ejecutivo de amplia coalición.
Para el flamante secretario general hay que hacer las reformas como sea, prescindiendo de los efectos que puedan tener sobre el Gobierno de Enrico Letta. La cuestión más urgente es la ley electoral: Renzi, para cambiar la actual norma - declarada inconstitucional por los tribunales- está dispuesto a todo, hasta pactar una reforma con el adversario más temible, Silvio Berlusconi. De hecho con Il Cavaliere ya habría alcanzado un acuerdo sobre un modelo parecido al español, proporcional pero capaz de garantizar la gobernabilidad a través del bipartidismo.
Acercamiento a Berlusconi
Como es lógico, el acercamiento de Renzi a Berlusconi ha provocado descontento en el PD, pero aún más en el Nuevo Centroderecha (NCD), el partido de tránsfugas berlusconianos liderados por el antiguo delfín de Il Cavaliere, Angelino Alfano. Alfano teme que un acuerdo entre el PD y sus antiguos socios de Forza Italia le excluya de la escena política y amenaza una crisis de Gobierno si Renzi intenta aprobar una ley electoral con una mayoría diferente a la que apoya a Letta.
Aunque se trate de la medida más importante, la reforma electoral no es la única causa de roces entre el líder progresista y sus aliados en el Gobierno. En su agenda de reformas Renzi ha anunciado nuevas medidas para el mercado laboral, cambios en la política de inmigración y mayores derechos para las parejas del mismo sexo. Mientras la reforma laboral está por debatir, los otros puntos ya han levantado las protestas de los antiguos berlusconianos.
Y es que si de un lado Renzi tiene que sacudir el Gobierno para mantener su imagen de innovador, del otro tiene que lidiar con los vínculos de una mayoría heterogénea que avanza sólo a golpe de negociaciones. Así que mientras hoy se espera la votación de la dirección del PD sobre la reforma electoral, Letta intenta encontrar un acuerdo entre todos los partidos que le apoyan para firmar un nuevo pacto de Gobierno. El primer ministro estaría dispuesto hasta a rediseñar su gabinete, aprovechando los últimos escándalos que afectan a la ministra de Agricultura, Nunzia de Girolamo, acusada de tráfico de influencias.
Del resultado de la mediación de Letta dependerá el futuro del Gobierno, pero también del liderazgo de Renzi. El nuevo secretario tiene que obtener algún resultado antes de las próximas elecciones europeas: tras presentarse como el hombre que puede jubilar la vieja clase política y cambiar a Italia, es momento para demostrar que alguien, tras años de anuncios y reformas a medias, puede sacar a el país del atolladero en el que se encuentra.