Europa

Noruega: las lecciones de la matanza de Breivik

    La isla noruega de Utoya vivió el horror del atentado perpetrado por Anders Breivik.


    No será fácil para los noruegos olvidar el 22 de julio. Esa fecha, ese día en que Anders Behring Breivik asesinó a 77 personas en dos ataques simultáneos, quedará en la memoria de ese país quizás para siempre. El primer ministro del país, Jens Stoltenberg, ha asegurado que la huella del suceso ha revertido en un fortalecimiento de la democracia del país.

    El primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, ha asegurado que la masacre de Utoya y el atentado en Oslo ha fortalecido la democracia del país con motivo del primer aniversario de esta cadena de ataques perpetrada por Anders Breivik, que acabó con la vida de 77 personas e hirió a varios cientos.

    "A día de hoy, Noruega está más imbuida en la democracia y en la diversidad que el 22 de julio de 2011", ha declarado Stoltenberg, en una entrevista concedida al diario germano 'Süddeutsche Zeitung' y publicada este sábado.

    Gana la democracia y la humanidad


    "Trató de causar mucho pesar y daño, y muchas personas vivirán con estas heridas, pero fracasó en su principal cometido: hacer de Noruega un país menos abierto y tolerante", ha afirmado en otra entrevista concedida al periódico británico The Daily Telegraph que se publica este domingo.

    En este sentido, el 'premier' noruego ha insistido en que la "sociedad democrática ha ganado". "Nuestra respuesta (a los ataques) es más democracia, más apertura y más humanidad", ha ensalzado. La democracia es "la más importante de las armas para luchar contra la violencia", ha indicado Stoltenberg. 

    No siguió el juicio a Breivik


    Sobre Breivik, Stoltenberg evita pronunciarse e incluso sostiene que "no ha seguido de cerca el juicio". "Tenemos que demostrar, hasta en este caso, que somos capaces de tener un juicio normal, de acuerdo con las leyes noruegas" a pesar del grave "ataque a la sociedad democrática", ha añadido.

    El autor confeso Breivik ha alegado que estos ataques eran necesarios para defender a Noruega de una "invasión musulmana". Ahora lucha por tratar que el tribunal no de declare demente, tras la evaluación de decenas de expertos.

    Jornada de duelo nacional


    En esta jornada de duelo nacional, las autoridades noruegas han organizado diversos conciertos y eventos culturales en la capital. En Utoya se celebrará un acto conmemorativo, que contará con la presencia del rey de Noruega. Después, se oficiará una vigilia en una catedral próxima a Utoya y en la de Oslo, además de en otros puntos del país.

    Los amigos de las víctimas y los casi 500 supervivientes se reunirán al mediodía en el hotel Sundvolden, que sirvió de centro de emergencia tras la masacre. Los simpatizantes del Partido Laborista acudirán a un evento organizado por la formación política.

    Como clausura a este día conmemorativo, tendrá lugar un concierto solemne en la plaza del Ayuntamiento de Oslo que contará con la presencia de los más destacados artistas del panorama noruego y que será retransmitido en abierto para todo el país. 

    Trágico suceso

    El derramamiento de sangre había sido metódicamente planificado por Breivik y se llevó a cabo con una crueldad que incluso omitió las súplicas de misericordia de algunos de los jóvenes en Utoeya.

    En un momento de la matanza en la isla Breivik recargó su arma y, con calma, disparó a varios jóvenes en su cabeza. Estaban sentados frente a él, paralizados por el terror. El más joven tenía 14 años.