Sarkozy versus Hollande, la batalla por las presidenciales se libra en la economía
La crisis económica es la principal preocupación de los franceses de cara a los comicios del 22 de abril. Los dos principales candidatos apuestan por seducir a sus respectivas bases electorales y aunque prometen respetar los objetivos de reducción de déficit, multiplican las promesas. ¿Hasta donde les alcanzará la chequera?
Hace cinco años, las presidenciales francesas de 2007 se jugaron en el terreno de la seguridad y la inmigración. Nicolas Sarkozy batió a Ségolène Royal con un discurso centrado en reducir la delincuencia y la inmigración que sedujo a un electorado popular que suele votar al Frente Nacional, el partido de extrema derecha fundado por Le Pen. Ahora sigue en el populismo cargando contra la situación de España para ganar votos.
Preocupación económica
A menos de un mes de los próximos comicios presidenciales, el contexto es radicalmente diferente. Tres crisis han vapuleado a la economía francesa y mundial desde 2008, la financiera, la económica y la de la deuda soberana. Hoy la preocupación numero uno de los franceses es la economía. Se espera que el desempleo supere el 10 por ciento este año, mientras que la deuda ha pasado de 1,6 billones de euros en 2007 a 2,2 billones en 2012. Si no se toman medidas, podría alcanzar 100 por ciento del PIB en 2015 o 2016, según advierte el Tribunal de Cuentas galo. En diciembre la nota triple A de la deuda gala fue degradada por la agencia Standard & Poor's.
Cómo reducir el endeudamiento, mantener el generoso estado de bienestar francés y mejorar al mismo tiempo el poder adquisitivo es la complicada ecuación a la que se enfrentan los dos principales contendientes a la elección presidencial. Nicolas Sarkozy tiene un balance de gobierno difícil de defender tras cuatro años de crisis y apuesta en cambio por resaltar que con su gestión evitó una catástrofe mayor y que es el único capaz de sacar a Francia de la crisis. Su rival socialista, a quien las encuestas siguen dando ganador, critica la política económica del actual mandatario y promete más justicia social en los esfuerzos para superar la crisis.
Diferencias de fondo y de formas separan a Nicolas Sarkozy de François Hollande frente a un mismo interrogante: hasta qué punto las dificultades de la frágil economía francesa les permitirán cumplir sus promesas. Ambos se han comprometido a respetar los objetivos de reducción de déficit al 4,5 por ciento este año y al 3 por ciento en 2013.
Las propuestas de los candidatos
De los dos, François Hollande es quien más pistas ha dado hasta el momento sobre su programa. El candidato socialista presentó a finales de enero una lista de sesenta propuestas detalladas y valoradas. Promete medidas para relanzar la economía por un valor de 20.000 millones de euros sobre cinco años financiadas gracias a una reforma fiscal y a la redistribución de las exoneraciones fiscales.
Nicolas Sarkozy, que sigue buscando el voto con ataques a España, ha optado por la estrategia bautizada por sus consejeros como "un día, un anuncio". A cada mitin o aparición en los medios de comunicación, una propuesta, a la espera de la presentación oficial de su programa que será dado a conocer este jueves, a apenas quince días de los comicios. El máximo objetivo para ambos candidatos es asegurar el voto de su base electoral.
Para generar empleo, Sarkozy defiende su reforma de IVA social, que pretende reducir el costo del trabajo bajando las cargas sociales para las empresas a la hora de contratar y que se compensará a través de un aumento del IVA sobre los productos importados. La medida debe entrar en vigor en julio, aunque los socialistas aseguran que no la aplicarán si llegan al poder.
El presidente-candidato propone exonerar el 100 por ciento de cargas sociales a las empresas que contraten a un parado mayor de 55 y nuevas reglas fiscales más ventajosas para la categoría de comerciantes y artesanos, no tendrán que pagar impuestos si no facturan.
Además Sarkozy quiere acabar con lo que llama el "asistanato" y propone un referéndum para endurecer las condiciones para cobrar el paro y otras indemnizaciones. El candidato de derechas propone que los parados cursen una formulación obligatoria y acepten la primera oferta de trabajo que se les haga al término de ese curso. Aquellos que cobran el RSA, una ayuda para las personas que no tienen trabajo ni acceso al paro, deberán dedicar 7 horas a trabajo de interés general a cambio de una remuneración.
François Hollande
El discurso de François Hollande se centra en cambio en acabar con la injusticia social y repartir los esfuerzos, poniendo énfasis en relanzar la creación de empleo para los jóvenes. Las dos propuestas estrella del programa de Hollande son la creación de 500.000 "contratos generación" y 150.000 "empleos de futuro". La primera fórmula consiste en acordar rebajas fiscales a las empresas que contraten a un joven y mantengan en su puesto a un senior. En el segundo caso se trata de contratos financiados al 75 por ciento por el estado para jóvenes de zonas desfavorecidas.
Hollande también se ha comprometido a crear 60.000 nuevos puestos en el sector de la educación nacional, una propuesta popular entre los franceses dentro de uno de los sectores más afectado por la política del actual gobierno de solo reemplazar a uno sobre dos funcionarios que se jubila.
Dos propuestas valoradas en 5.000 millones de euros que el candidato socialista piensa financiar a través de una reforma fiscal que prevé entre otras medidas una nueva franja superior del impuesto sobre la renta al 45 por ciento para los ingresos superiores a 150.000 euros al año y el muy comentado gravamen al 75 por ciento para las fortunas que superen el millón de euros anual.
En la mira del candidato socialista también está la reciente reforma de las pensiones, denunciada por los sindicatos y rechazada por buena parte de los franceses. Hollande promete que si es elegido presidente permitirá que todos aquellos franceses que hayan cotizado los 41 años que pide la ley puedan jubilarse a los 60 años. Una promesa que cuenta financiar en parte a través de un aumento anual de 0,1 por ciento en las cotizaciones patronales y salariales.
Las encuestas
Hasta el momento, las propuestas del candidato socialista parecen más en sintonía con la opinión francesa, al menos según lo que apuntan las encuestas. Un sondeo del instituto TNS Sofres da a Hollande como más creíble que Sarkozy en su capacidad para mejorar el poder adquisitivo y luchar contra el desempleo.
A pesar de sus propuestas para sancionar a los franceses exiliados fiscales, que deberán pagar impuestos aunque fijen su residencia en el extranjero, y para crear un nuevo gravamen sobre las grandes multinacionales galas que pagan pocos impuestos en Francia, Sarkozy sigue cargando como lastre su imagen de "presidente de los ricos".